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Son de fierro

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Sin “Josema”, el “Mono” y el “Pelado”, el fondo está devastado; pero juega Coates que, junto a Godín, es casi un amuleto, o una cábala.

Alos 9’ del partido contra Paraguay, cuando aún pesaba la derrota sufrida ante Argentina en Mendoza cinco días antes pues recién estaba en vías de gestación la arrolladora actuación celeste que volvería a poner las cosas en su lugar con la reivindicatoria goleada a los paraguayos, la amarilla a José María Giménez dejó una notificación: era la segunda amonestación y el zaguero quedaba inhabilitado para jugar el siguiente encuentro con Venezuela en el Centenario.

En ese momento, no había tiempo para pensar en más nada, de modo que el aviso de la realidad no tuvo espacio para convertirse en alarma: lo prioritario era ganarle, aunque por ½ a 0, a los paraguayos; así que la suspensión de "Josema" quedó ahí, como un cedulón recién tirado por debajo de la puerta de casa.

Lesión.

Sin embargo, el domingo 25 de septiembre el mensaje anterior adquirió mayor alcance: a los 34 del partido que Atlético de Madrid jugó con Deportivo La Coruña por la Liga española, el zaguero celeste salió lesionado; según un comunicado del departamento médico del club, sufrió "una lesión miofascial de grado 1-2 en el aductor de la pierna derecha", que también lo dejaba afuera del compromiso que Uruguay debe afrontar el próximo martes ante Colombia en Barranquilla, donde la selección nunca ha sacado siquiera un empate.

Hasta ahí, sino "todo bien", como se dice de costumbre para dar a entender que una dificultad puede no resultar inquietante o ser controlable, pero tampoco "todo mal", según la expresión a la que se recurre comúnmente para reconocer que la mano es complicada: al fin y al cabo, el sustituto natural ante la baja de Giménez es Sebastián Coates: un "fiel servidor" de la selección y, más puntualmente, del propio "Josema", también de Godín y, en su momento, hasta del mismísimo Lugano.

Devastada.

El detalle no es menor, acaso; sobre todo porque refiere a una zona del equipo que ante las ausencias de Maximiliano Pereira y Martín Cáceres parece devastada, justo para dos partidos muy importantes: más allá de su presencia física y del selecto manual de recursos técnicos que despliega para la marca, en medio del cual destaca su excelente manejo del tiempo y la distancia para salir a anticipar o quedarse a esperar a los rivales, Coates tiene una estadística que para un suplente, o un titular alternativo, como se podría considerar su caso, es singular; y hasta resulta extrañamente favorable.

Es que desde el 24 de junio de 2011, cuando debutó en un amistoso que Uruguay le ganó 3 a 0 a Estonia en Rivera (ver tabla aparte), Coates jugó en 22 partidos con la selección mayor, y de todos ellos "la Celeste" perdió ¡sólo uno!: el 12 de noviembre pasado frente a Ecuador, en los 2.800 metros de altura de Quito, donde un remate de Cavani devuelto por el travesaño estuvo a centímetros de lograr que aún hoy el registro positivo del actual zaguero del Sporting de Lisboa continuara inmaculado.

Esotérico.

Es más, de esa serie de partidos, Uruguay ganó 17 y empató cuatro; y, si bien es obvio que no se puede establecer una relación directa entre la presencia de Coates y los resultados favorables, nadie puede negar que el fútbol —o sus protagonistas— muchas veces le dan cabida a un aspecto esotérico para el cual ese "vínculo" no sería ajeno, o al menos deleznable; con un agregado como para tampoco dejar de lado: entre 2011 y 2015, por su prolongada inactividad en el Liverpool y una rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que sufrió jugando por "la Celeste" ante Japón y tras una delicada intervención quirúrgica en San Pablo lo mantuvo durante siete meses alejado de las canchas, el zaguero igual jugó 12 partidos con la selección y, pese a su lógica falta de rodaje, siempre rindió con gran eficacia, algo que sólo se puede definir con una palabra: clase.

Dupla.

Por si fuera poco, Coates —ahora totalmente afianzado en el Sporting de Lisboa, donde jugó 20 partidos en lo que va del año— fue titular en los cuatro encuentros iniciales de Uruguay por las Eliminatorias, y de los 22 que actuó en la selección, salvo los últimos dos (ver tabla aparte), en los que formó la zaga con Mauricio Victorino, fue nueve veces el lugarteniente de Godín, y diez de Lugano; y de esos en los cuales jugó junto al "Faraón", Uruguay ganó siete, empató —sin Suárez— ante Paraguay en Antofagasta por la Copa América del año pasado, y perdió sólo el de las Eliminatorias en la capital ecuatoriana.

De manera, que es cierto: sin "Josema" Giménez, el "Mono" Pereira y el "Pelado" Cáceres, el fondo celeste parece que estuviera devastado; pero... juega Sebastián Coates, codo a codo con Diego Godín, que juntos son de fierro; casi invencibles: aunque la participación del primero a esta altura en la selección mayor pueda tomarse como una especie de amuleto; o suene casi como una cábala.

Diego Godín

Diego Godín mide 1,85, pesa 73 kilos y tiene 30 años. Jugó 90 partidos en la selección mayor, siendo titular en 87 de ellos. En el Atlético de Madrid, disputó 8 partidos en la actual temporada, por Liga española y Champions, mientras que desde 2010 a hoy jugó 248 partidos con el club de la capital de España. Pareció en duda por un esguince de tobillo, pero a su arribo a Montevideo dijo que ya está recuperado.

Sebastián Coates

El zaguero mide 1,96, pesa 85 kilos y tiene 25 años. Jugando en el Sporting de Lisboa actuó en 20 partidos, todos de titular, y va en camino para superar la marca de 26 que estableció mientras militó en el Sunderland. En Uruguay, jugó también en la selección Sub 20, y en la Sub 23, con la participó en tres encuentros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012: “la Celeste” venció 2-1 a Emiratos Árabes y perdió 2-0 con Senegal y 1-0 con Gran Bretaña.

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ELIMINATORIASJORGE SAVIA

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