Uruguay da vuelta la página: “Maxi” y “Cacha” a la cancha.

"La historia la escriben los que ganan", suele decirse siempre, desde tiempos inmemoriales, con un sentido hasta si se quiere perverso, porque deja entender que el vencedor —por su condición de tal— tiene la licencia de detallar lo sucedido de acuerdo a su conveniencia; incluso tergiversándolo.

Pues bien, no es este el caso. La selección escribió un capítulo histórico para el fútbol uruguayo, pues le ganó a Bolivia en los 3.650 metros de altura de La Paz con la gravitante participación de herramientas tradicionales, como la explotación de las jugadas de pelota quieta y el poder —defensivo y ofensivo— en el juego de alto, pero también de otras que no lo fueron tanto, como la salida corta, jugando, y la llegada con cambios de frente cruzados, en lugar de pelotazos frontales.

Ahora bien, está todo bárbaro; pero, también como se suele decir habitualmente, "el mundo sigue andando", y las Eliminatorias también, de manera que la historia está muy linda, pero hay que dar vuelta la página, porque ya el próximo martes hay que jugar contra Colombia en el Centenario.

Ni qué hablar: otro rival; y distintas circunstancias, porque Uruguay es el local y tiene el peso de la responsabilidad de sacar un triunfo, pues para el dueño de casa un empate nunca es un resultado favorable, y porque Colombia es un rival directo para la clasificación, lo que hace que los puntos que eventualmente pueda no ganar Uruguay "se le suman" en teoría a los que gane el adversario.

Con ese panorama por delante, es claro que lo primero que no corre acá es aquello, también muy manejado de costumbre, de que "equipo que gana no se toca". En el caso de los celestes no se puede desconocer que el armado del equipo que "escribió la historia" en La Paz fue preparado, por la visión y capacidad del entrenador, pero también con el aporte fortuito de las circunstancias: más allá de las suspensiones de Suárez y Cavani, pasó que "Maxi" Pereira no pudo ser tenido en cuenta por cómo lo afecta la altura, y otro tanto ocurrió con Arévalo Ríos porque había tomado unos medicamentos que podían "saltar" si le tocaba ir al examen antidopaje.

De modo que es claro que, ya en el llano, "Maxi" entrará como lateral derecho y Cáceres pasará al flanco izquierdo de la retaguardia, y que como hay seguridades desde el punto de vista médico en cuanto al problema que lo dejó al margen contra Bolivia, el "Cacha" ingresará por Corujo o el "Tata" González, según haya sido el desgaste físico de cada uno de ellos en el partido del jueves pasado.

La interrogante está adelante, donde es obvio que Stuani y Hernández fueron al sacrificio al tener que pelearlas todas arriba con los bolivianos y, además, bajando muchas veces a hacer "el aguante" de la pelota en tres cuartos de cancha a la espera de que Sánchez y Corujo se desdoblaran para apoyarlos, pero también está claro que será necesaria otra contundencia para ganarle a Colombia en el Centenario.

Si Uruguay en La Paz tuvo una virtud "no tradicional" fue que fabricó unas cuantas situaciones de gol claras, por la misma vía que Cáceres y Godín anotaron, porque el tanto del zaguero se produjo por una pelota quieta que se originó en una falta cometida por el rival ante la generación ofensiva visitante; pero en el fondo del cernidor quedó el triunfo, y también las chances elaboradas pero no concretadas, algo que puede tener su precio ante un mediocampo y una retaguardia mejor armados, como tienen los colombianos.

¿Es, entonces, la hora de Jonathan Rodríguez? Y… no es momento para ver "qué pasa". Incluso, por sus características de juego, veloz y potente para el contraataque largo, parecía que el partido de La Paz era hasta más propicio que el del Centenario para que el "Jona" entrara; pero, si es por intentar un robustecimiento de la explosión atacante, es parte de lo que tiene a mano Tabárez, mientras no pueda contar con Suárez y Cavani. La otra opción es Diego Rolan, que con su manejo y llegada más pausados puede servir para quebrar las dos líneas de cuatro con las que se defiende Colombia.

Así que con esa expectativa, pues, hay que dar vuelta la página después que la selección escribiera la historia del primer triunfo celeste en el largo camino de 58 años de disputa de las Eliminatorias sudamericanas; y, como es común decir, la escriben los que ganan, aunque con el compromiso de seguirlo haciendo con resultados similares. Lo que no impone que tenga que ser con la misma letra. Eso sí, cualquiera sea el trazo, el capítulo que viene es mucho más difícil de redactar que el del martes pasado; aunque no haya que hacerlo a 3.650 metros de altura, sino en el llano.

En el plantel actual de Uruguay, el lateral Maximiliano Pereira, que debutó en 2005 en la selección, es el futbolista con más partidos disputados. El martes jugará su encuentro número 108 y quedará a cuatro de Forlán (112).

Egidio Arévalo Ríos, que debutó con Tabárez en 2006, ya disputó 72 partidos con la selección. El jueves faltó en La Paz porque en su club le realizaron un tratamiento que lo exponía a dar positivo en un control de dopaje.

Heber Lopes será el encargado de arbitrar el partido entre Uruguay y Colombia. Kleber Gil y Bruno Boschila serán los asistentes de Lopes, en tanto Luis de Oliveira actuará como cuarto árbitro. Lopes no trae buenos recuerdos, ya que fue el juez en la derrota por 4-0 ante Colombia en 2012 en Barranquilla.

En esta fecha, actuarán dos cuarteta uruguayas. Una la encabezará Darío Ubriaco en el partido que Brasil recibirá a Venezuela en Fortaleza. Carlos Pastorino, Nicolás Tarán (asistentes) y Fernando Falce lo acompañarán. Andrés Cunha será el juez central en Asunción, donde Paraguay recibirá a Argentina (hora 21:00) y lo asistirán Mauricio Espinosa, Miguel Nievas y Christian Ferreyra, como cuarto árbitro.

En Abitab y en el Estadio Centenario, continúa la venta previa de entradas para Uruguay-Colombia que se jugará el martes a la hora 20. Los precios van desde $ 270 a $ 1.490.

Un reportero gráfico de una agencia de noticias fue víctima de un robo durante el partido del jueves: en pleno Hernando Siles "le pelaron" un equipo cuyo valor está estimado en US$ 15.000.

El presidente de Bolívar de La Paz fue al partido con una campera de cuero que en el brazo derecho tenía estampado un escudo del Mundial 1994: "Era una cábala que tenía para darle suerte a la selección", explicó.

SELECCIÓNJORGE SAVIA