Uruguay presionó y no dejó jugar a Argentina, principalmente a Lionel Messi. Ante esta situación apareció Pastore, que condujo a la albiceleste y en una jugada armó la jugada del triunfo.

En la previa, la incognita giraba alrededor del planteamiento uruguayo para frenar a Messi. La celeste salió al terreno con un 4-1-4-1 que en el primer tiempo fue efectivo. Si bien Argentina generó algunas chances, Messi fue bien controlado.

Delante de la línea defensiva estuvo Arévalo Ríos. La línea de cuatro mediocampistas estuvo formada por Lodeiro y González en el centro y el "Cebolla" Rodríguez y Rolan por las bandas. La celeste resignó juego ofensivo pero pudo contrarrestar la ofensiva rival.

Messi, que comenzó jugando en el centro y luego se tiró hacia la banda derecha, no pudo recibir la pelota con comodidad. La marca escalonada y la presión antes del control, hicieron que el diez argentino no jugara un buen primer tiempo. A pesar de esto se las arregló para generar un par de ocasiones y asistir a Di María y Pastore, que no pudieron convertir ante Muslera. El marcaje cercano a Messi hizo que Pastore se convirtiera en el conductor argentino.

A los 56', en el mejor momento celeste, Messi jugó con Pastore y esperó la devolución. Lo mismo pensaron los uruguayos que se posicionaron para marcar al 10 pero Pastore giró y abrió a la derecha para Zabaleta. "Palito" Pereira tampoco esperaba este movimiento y no pudo llegar. Zabaleta centró y Agüero mandó a la red.

Abajo en el marcador, Tabárez mandó a Sánchez a la cancha en lugar de Rodríguez. Rolan pasó al sector izquierdo, Sánchez por derecha y Lodeiro jugó más adelantado.

Minutos después, el maestro realizó otra variante. Abel Hernández ingresó en lugar de Lodeiro y Uruguay apostó al ataque por las bandas con dos delanteros. El planteamiento dio resultado, la celeste tuvo varias ocasiones pero no pudo convertir.

Los tres puntos se los llevó Argentina y la duda quedó en el aire: ¿Qué hubiera pasado si se jugaba así desde el arranque?

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