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Partidos de ida y vuelta y sin sede fija: así fue la última Copa América con Perú en la final

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Los jugadores de Perú con la copa de 1975. Foto: El Comercio.

BRASIL 2019

En 1975, el equipo peruano se consagró campeón tras derrotar a Colombia en la llave final. Pasaron 44 años para volver a esa instancia.

La selección de Perú derrotó a Chile por 3 a 0 en semifinales y se clasificó a la final de la Copa América 2019. Será la primera vez en 44 años que los peruanos disputen esta instancia. La última vez que lo hicieron, el torneo era muy diferente, con partidos de ida y vuelta, sin una sede fija y a lo largo de un semestre.

Perú llegó a ese torneo con un solo título en su haber: el Campeonato Sudamericano de Selecciones (nombre antiguo de la Copa América) de 1939. Los incaicos eran dirigidos por Marcos Calderón y tenían como capitán al defensa Héctor Chumpitaz.

La Copa América de 1975 fue la primera de tres que se caracterizaron por no tener una sede fija. En su lugar, se realizaban partidos de ida y vuelta en los países de los equipos que se enfrentaban, como en la Copa Libertadores.

De ese torneo participaron las 10 selecciones sudamericanas. Nueve de ellas lo hicieron integrando tres grupos de tres equipos cada una, en los que se clasificarían solo quienes terminaran en primer lugar. En semifinales, a los tres clasificados se les sumaría Uruguay, que era el vigente campeón.

La fase de grupos.

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Héctor Chumpitaz, capitán de Perú en la Copa América de 1975. Foto: El Comercio.
Héctor Chumpitaz, capitán de Perú en la Copa América de 1975. Foto: El Comercio.

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Perú estaba en el Grupo B junto a Chile y Bolivia, en una época en que las victorias no sumaban tres puntos, sino dos. En la primera rueda del grupo, que se disputó en julio, el equipo incaico empató con Chile 1-1 y le ganó a Bolivia 1-0, sumando tres puntos. En agosto se jugó la segunda rueda y Perú sumó cuatro puntos más, producto de dos victorias por 3 a 1 ante chilenos y bolivianos.

Las figuras peruanas de esa primera fase fueron Cachito Ramírez, Juan Carlos Oblitas y Teófilo Cubillas, ídolos nacionales que lideraban al equipo junto a Chumpitaz. Sin embargo, aún no habían podido contar con el mejor jugador peruano del momento: Hugo Sotil, que militaba en el Barcelona español, club que no cedía.

Como el torneo se disputaba durante todo el semestre, no había una lista de convocados para toda la Copa, como en la actualidad, sino que las convocatorias se realizaban partido a partido.

A la final por sorteo.

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En semifinales, a Perú le tocó enfrentarse a Brasil. El equipo de Calderón dio pelea y en la ida, que se jugó en septiembre, sacó una victoria por 3 a 1 de visitante, con dos goles de Enrique Casaretto y uno de Cubillas.

En octubre, la vuelta era en Lima y con su gente, pero Perú no pudo repetir y terminó cayendo 2 a 0.

Igualados en diferencia de goles, se resolvió que la clasificación se definiera mediante un sorteo. Fue, literalmente, debido a la suerte que los incaicos clasificaron a la última final que disputarían en el siglo XX.

Tres finales y un héroe

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Hugo Sotil corre a celebrar su gol en la final. Foto: El Comercio.
Hugo Sotil corre a celebrar su gol en la final. Foto: El Comercio.

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En la otra llave de semifinales, Colombia eliminaba a Uruguay y se convertía en el rival incaico.

El primer juego se disputó el 16 de octubre en Bogotá y fue victoria de los cafeteros por 1 a 0, con gol de Ponciano Castro. La vuelta, en Lima, fue el 22 y el triunfo fue de Perú por 2 a 0, con anotaciones de Oblitas y Cachito Ramírez.

En la actualidad, las finales de ida y vuelta se definen por diferencia de goles, lo que le habría dado el título a Perú con el pitazo final. Pero en esa época, un triunfo para cada lado en una final significaba un tercer partido en cancha neutral.

El último juego fue el 28 de octubre en Venezuela, seis días después de la segunda final. En el medio, hubo un vuelo que cambió todo.

Según relataba el diario peruano El Comercio, luego de una victoria por 2 a 1 del Barcelona ante el Racing de Santander, Sotil llegó a su casa en la ciudad catalana y le pidió a su esposa que saliera a comprar una pasaje de avión a Madrid. Dos días antes del partido decisivo, llamó a su madre para avisarle lo que haría.

Sin avisarle a su entrenador del Barcelona, Rinus Michels, ni al DT incaico Calderón, Sotil partió en la madrugada del 26 de octubre rumbo a Caracas. Al llegar, se presentó sin previo aviso en el reconocimiento del campo de juego. Calderón lo vio y lo mandó a cambiarse.

El 28, Sotil fue titular en la final ante Colombia y a los 25 minutos de juego anotó el único gol del partido, que alcanzó para que Perú conquiste su segunda Copa América.

Pasaron 44 años de ese momento y ahora la selección de Perú vuelve a una final de Copa América. Esta vez no habrá ida y vuelta ni tercer partido, tampoco futbolistas que aparecen a último momento. El domingo 7 de julio se enfrentarán, en el Maracaná, a un Brasil que les hizo cinco goles en la fase de grupos y que esta vez tendrá un estadio lleno de su lado.

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