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Los 10 mandamientos

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El último apronte. La inmensidad del Estadio Nacional, en el que hoy jugará Uruguay, es mudo testigo de la charla de Tabárez con los futbolistas celestes.
[[[GERARDO PEREZ PALADiNO ]]]

Las atajadas de Muslera, el arbitraje y hasta la fortuna, son parte del decálogo para que Uruguay logre la clasificación.

El hombre propone y Dios dispone. Un ateo puede considerar que el dicho popular es tan sólo una frase. En ese caso, entonces, se puede recurrir a lo que maneja casi siempre Tabárez, de que "uno puede imaginar los partidos, pero después, tal vez, definen los imponderables". O sea: imprevistos, factores circunstanciales. Sin embargo, siempre hay elementos a tener en cuenta que, al menos en lo previo y por los antecedentes inmediatos de los dos cuadros, se pueden presumir —sólo eso— como claves; y en el caso del cruce de esta noche, parece haber varios.

1) Que Muslera sea la mejor, o una de las mejores figuras de la cancha. No vale sólo para este partido en forma puntual: cuando se juega un fútbol de respuesta, como lo han hecho tradicionalmente los equipos uruguayos, con el rival atacando en la mayor parte del trámite, que el arquero saque por lo menos un par de "las que van adentro", es básico; gravitante. Es imposible encontrar una hazaña del fútbol uruguayo en la que el arquero no haya sido uno de los pilares. Incluso, aunque se trató de un amistoso, fue lo que ocurrió cuando, en noviembre pasado, Uruguay le ganó a Chile en Santiago.

2) Que Uruguay tenga la eficacia que le faltó en los tres partidos de la primera fase. Es cierto lo que dijo ayer Tabárez: "Contra Paraguay el equipo tiró más veces que en los dos partidos anteriores y nadie dijo nada"; pero lo real es que en 270 la selección sólo metió dos goles: a Paraguay y Jamaica. Además, sin que importe la forma, la vía, si es a través de una pelota quieta, un centro en jugada de campo, un cabezazo o un pelotazo, lo fundamental es que, cuando se finca gran parte de las posibilidades de sacar un buen resultado en "limitar las fortalezas del rival y luego capitalizar sus debilidades", como dice Tabárez, hay que tener "punch", golpe de K.O. cuando se contraataca; y contra Argentina y Paraguay, los celestes fabricaron una cantidad estimable —para su estilo de juego— de llegadas, pero no las concretaron.

3) Que Jorge Fucile, primera referencia de marca para Alexis Sánchez, delantero potente, rápido, buen definidor, "picante", responda quizá a falta de rodaje como para jugar en la alta competencia, donde la velocidad, la capacidad de reacción y la dinámica son vitales- con la pasta, la clase, que expuso en Sudáfrica 2010, donde jugó partidos espectaculares. Su capacidad, futbolística y anímica, no despierta interrogantes; pero, después de haber estado largo tiempo parado no es lo mismo jugar a este nivel que frente a Fénix o Juventud.

4) Que, al margen de la particular situación que atraviesa, Cavani sea el "Matador" acostumbrado. Está bien, porque lo siente así, que "trabaje" bajando a achicar espacios junto a los volantes, y también a buscarla; pero que defina con precisión jugadas como una que tuvo contra Argentina y dos frente a Paraguay, para Uruguay es imprescindible, determinante.

5) Que Cavani logre procesar el momento que vive, que es obvio que debe afectarlo, como para que su caudal espiritual no erosione su rendimiento adentro de la cancha.

6) Que, aun con Uruguay dejando venir a Chile para luego contraatacarlo, el funcionamiento colectivo del equipo tenga la solidez y soltura necesarias para que Rolan no cumpla el papel que surge de una estadística de los tres partidos de primera fase: amén de ser el jugador celeste que tiene el mayor porcentaje de pases acertados (86,3%), es también el que más pelotas recuperó (22), y el que cometió más faltas (10).

7) Que Uruguay tenga una posesión de pelota, aunque no prolongada, pues eso no forma parte de la idiosincrasia del fútbol uruguayo, por lo menos mínima, que le permita tener "aire" ante el aluvión ofensivo de los locales, y reconvertir la multitudinaria presión popular a favor de Chile en un frustrado malestar de los que sufren porque su selección no puede superar el estigma de nunca haber ganado nada.

8) Que el arbitraje siga la línea de casi todos los de la Copa América. No gravitaron a favor de los grandes; ni del locatario.

9) Que Uruguay "ligue". Sí, jugando con el rival por lo general más cerca del arco contrario que el propio, también hay que tener algo de fortuna, en los rebotes, o en los palos.

10) Que Chile, concentrado en neutralizar la fuerza y juego aéreo de Uruguay, se ocupe más de eso que de jugar como contra Bolivia, y termine jugando como ante Ecuador y México.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
El último apronte. La inmensidad del Estadio Nacional, en el que hoy jugará Uruguay, es mudo testigo de la charla de Tabárez con los futbolistas celestes.

COPA AMÉRICAJORGE SAVIA

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