SELECCIÓN

La lluvia de la previa en los alrededores del Arena Fonte Nova parecía haber afectado nada más que a los fanáticos. Los jugadores, desde que saltaron a hacer el calentamiento al campo, no sufrieron con la constante y fría agua que caía desde el cielo hasta cercano a los 30 minutos de juego.

Es normal que en Salvador de Bahía llueva pero de forma breve. En la previa al partido habían advertido a los fanáticos que llevaran equipos impermeables ya que a diario llueve, aunque no por mucho tiempo.

El comienzo del día fue soleado y caluroso, pero a falta de dos horas para el partido se comenzó a nublar y no fue buen indicio. Empezó como una llovizna, luego tomó fuerza y terminó en una lluvia torrencial que los locales catalogaron como pasajera pero que duró casi una hora y media.

Cerca de la hora del comienzo paró y así se mantuvo hasta los 30 de juego. Ahí, con más fuerzas que antes del encuentro, los jugadores sufrieron las consecuencias. Primero fue Suárez que falló un remate adentro del área, en parte por lo arriesgada de la definición y en otra por lo resbaladiza de la pelota.

Luego hubo una sucesión de intentos de jugadores peruanos de restar la pelota de su fondo pero que no consiguieron con éxito por la velocidad que tomó el juego. La cancha y la pelota, sumadas al agua, pueden ser un factor determinante para el segundo tiempo.