Invitado, envió equipos B a Argentina 2011 y Chile 2015 y no ganó ni un cotejo; prioriza la Copa Oro de Concacaf para llegar a la Confederaciones.

Por segunda vez consecutiva, México disputó la Copa América con un equipo de segunda categoría y cayó en la primera rueda, un cúmulo de fracasos que lleva a muchos a plantearse para qué acepta la invitación a jugar este torneo.

El seleccionador, Miguel "Piojo" Herrera, se había comprometido a escribir en Chile una historia completamente diferente a la de Argentina 2011, en la que un grupo sub 23, con algunos refuerzos mayores, hizo el ridículo perdiendo todos los partidos en medio de una serie de escándalos por indisciplina. En Chile, de nuevo sin sus figuras, empató dos encuentros, pero cayó contra Ecuador y se fue de nuevo en la primera etapa, ofreciendo una imagen triste e impotente. "Ridículo continental", "sale caro mandar un Tri B" y "tronados" titularon los principales diarios mexicanos.

Herrera, que insistía en que su equipo tenía potencial como para llegar a la final, pronto admitió el fracaso y jugadores como Adrián Aldrete reconocieron que esta actuación golpea seriamente el prestigio del fútbol azteca, que hasta Venezuela 2007 se había tomado muy en serio la Copa América.

México, que pertenece a la Concacaf, fue invitado por primera vez a disputar la Copa América de Conmebol en Ecuador 1993, cuando alcanzó la final (cayó con Argentina). Desde entonces, ha logrado otro segundo puesto (Colombia 2001) y tres terceros (Bolivia 1997, Paraguay 1999 y Venezuela 2007), y siempre superó la etapa inicial. A México le quedaba pequeña la Concacaf, y la Copa América se vislumbraba -Mundial aparte- como lo que le permitiría evolucionar al enfrentarse con rivales potentes.

Desde 2011, en cambio, México ha privilegiado la Copa Oro de la Concacaf y lo ha pagado muy caro. "Segunda vez consecutiva por la Copa América en que México lastima de fea forma el prestigio. Sigamos demeritando este complejo torneo", dijo Luis García, exdelantero mundialista y hoy comentarista televisivo. "La Copa América es el torneo que ofrece crecimiento, sabiduría y jerarquía. Vale la pena ir, pero mandemos a lo mejor", pidió quien integró el Tri subcampeón en 1993.

México alega que es pugnando por la Copa Oro como puede alcanzar un boleto para disputar la Copa Confederaciones en 2017. Pero visto el nivel de Chile 2015, con estrellas planetarias, como Messi, Neymar, James Rodríguez, muchos se preguntaban si de verdad la de Confederaciones es más importante.

El seleccionado vive en una montaña rusa. De estar casi fuera de Brasil 2014 en la eliminatoria pasó a ilusionar durante el Mundial, muy cerca de eliminar a la Holanda de Robben y Van Persie en los octavos de final. En 2015 lo esperaban dos torneos, y a Herrera, una encrucijada: dividir a sus jugadores entre la Copa América y la Oro, que estará en juego desde julio. El DT no consideró ningún equilibrio: decidió llevar su mejor armamento (Chicharito Hernández, Vela, Dos Santos) a Estados Unidos y no a Chile. A buscar la Copa América más disputada de la historia envió a un plantel de segundo nivel, sin más referente internacional que Rafa Márquez, que a los 36 años está en retirada.

En los cálculos del DT, el equipo aseguraría tres puntos contra Bolivia, haría lo que pudiera ante Chile y sacaría al menos un empate frente a Ecuador, para acceder a los cuartos de final como tercero del grupo. Al final, les dio la razón a los que lo bautizaron como "Tri B" y pone presión en los titulares para que, con un triunfo en la Copa Oro, hagan olvidar este fiasco.

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