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Conozca el Estadio Regional Calvo y Bascuñán, donde debutará Uruguay

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Uruguay debutará el sábado en el Estadio Calvo y Bascuñán. ¿Por qué el nombre? ¿Cuál es su capacidad? ¿Cuándo se construyó? Conozca las respuestas y véalo por dentro.

El estadio Calvo y Bascuñán, donde el próximo sábado Uruguay debutará en la Copa América ante Jamaica fue construido para ser sede del Mundial de 1962, que se jugó en Chile, pero se inauguró en 1964 porque en aquella ocasión a Antofagasta la dejaron “afeitada y sin visita”: no le concedieron la sede y se la dieron a Arica, donde los celestes conformaron un grupo con Rusia, Colombia y Yugoslavia y resultaron eliminados al cabo de la primera fase.

El estadio tiene capacidad para 21.170 personas y fue remodelado en 2010, oportunidad en la que se le puso el nombre actual, que fue elegido por votación popular y recuerda a dos de los integrantes del Comité Pro Construcción del Estadio Regional, que se inauguró en 1964: Alberto Calvo y Miguel Bascuñán; había once miembros más, pero se ve que no eran tan populares.

El estadio hoy luce impecable, pulcro, con el gran colorido que le dan las butacas azules, celestes, algunas rojas y la mayoría blancas, y dos detalles; uno pequeño y otro, al contrario: no hay obreros ni trabajadores de cualquier rubro ultimando aspectos de apuro, está todo pronto, sólo se ve un par de operarios pintando los listones amarillos que resaltan los bordes de los escalones de la entrada desde la calle; y, como ocurre con casi todas las ciudades próximas a la cordillera de los Andes, es impresionante el telón de fondo que pone la cercanía de la montaña.

El estadio Calvo Buscañán ofrece dos ventajas para los hinchas, sobre todo aquellos que no son de altos recursos y a veces hacen sacrificios económicos para seguir a su equipo y, en casos como los de la Copa América, acostumbran a entrar a los estadios en los días de partidos varias horas antes: apenas cruzando la calle, tienen un gran supermercado en el que pueden proveerse previo al ingreso al estadio.

Además, el Calvo y Bascuñán, es relativamente céntrico: a pocas cuadras de la costanera, viene a estar ubicado en una zona que en Montevideo podría ser Pocitos, porque en las proximidades se encuentran unos cuantos edificios, elegantes y bastante altos.

Con un techo que cubre solo una parte de sus tribunas, el estadio tiene –además- una pista de atletismo que se encuentra impecable y su cancha, en realidad, viene a ser algo así como el reluciente espejo verde de un oasis que descansa en el árido y seco suelo del desierto de Atacama. No en balde, al fin y al cabo, la máxima inversión que tuvo que hacer Antofagasta fue la que realizó en la colocación de césped para la cancha de alternativa, ubicada en el Parque Juan López: salvo la del Calvo y Bascuñán, las restantes cuatro canchas con medidas reglamentarias que hay en la ciudad eran de piso de tierra.

Es que acá el desierto manda, y se presiente en todo momento; por ejemplo, en el color del suelo de las plazas, y en el de la falda y los penachos de la cordillera de Los Andes. Si no se ve es, precisamente, por la imponente barrera de la montaña.

Así son los alrededores del Estadio Calvo Buscañán

El Estadio por dentro?

Foto: F. Flores
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Foto: F. Flores
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Foto: F. Flores
Foto: F. Flores
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Foto: F. Flores
Foto: F. Flores
Foto: F. Flores

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