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La revolución será más profunda

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Foto: Ariel Colmegna.

PEÑAROL

El lanzamiento del básquetbol será para el mes de agosto; el proyecto es autosustentable y abarca más aristas.

El regreso de Peñarol al básquetbol no se quedará simplemente en la conformación del equipo que desde el mes de septiembre disputará el DTA (Divisional Tercera de Ascenso).

El proyecto es mucho más grande y como definen desde la interna del club, es autosustentable. El aurinegro no tendrá que poner dinero para bancar la participación en esta disciplina.

Al contrario, los especialistas que fueron consultados y estudiaron en profundidad este tema coincidieron en que hasta en el peor de los escenarios el panorama seguirá siendo favorable. El presupuesto, de acá a fines de 2019, sería de US$ 200.000.

En los primeros días de agosto se realizará el lanzamiento oficial que ya promete la presentación de las camisetas y también, de las marcas patrocinadoras que serán parte importante del sustento que tendrá este regreso. También se dará a conocer el plan de socios para los fanáticos que quieran acompañar al equipo.

Vale destacar que el objetivo deportivo va mucho más allá de poder competir en la Liga Uruguaya de Básquetbol (si logra los dos ascensos podría recién llegar para la temporada 2020/2021). La formación de deportistas será clave. Por ese motivo, se llevarán adelante academias tanto para hombres como para mujeres. También se formarán equipos para 3x3 y básquet inclusivo.

Con el regreso a la naranja, Peñarol sigue ganándose su espacio en los diferentes deportes. Además del fútbol y el básquetbol, hay que sumarle el fútbol para ciegos, el futsal, el handball y el atletismo; pero no todo se quedará ahí. Para el año que viene, por ejemplo, está planificada la inserción en el rugby. La revolución será mucho más grande. Peñarol va por el básquetbol y no se quedará simplemente en eso.

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