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El "Panchi" fue la manija: puso cabeza

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Foto: Gerardo Pérez

BÁSQUETBOL

Gustavo Barrera estuvo a la altura de la selección aunque no tiene club desde marzo. 

Foto: Gerardo Pérez
Foto: Gerardo Pérez

Es de los jugadores más talentosos que tiene el básquetbol uruguayo en la actualidad y cuando está bien física y anímicamente, es el mejor y no hay otro como él.

Gustavo Barrera marca la diferencia y en una nueva ventana de Eliminatorias, lo demostró. Fue la manija del equipo, la cabeza pensante a la hora de armar las ofensivas y a todo eso le sumó un gran compromiso defensivo y el entendimiento con sus compañeros.

“Panchi” había jugado su último partido en marzo defendiendo a Gimnasia de Comodoro Rivadavia y desde ese entonces no tenía encuentros oficiales, ya que en la ventana de septiembre no estuvo a la orden de Marcelo Signorelli para enfrentar a Estados Unidos y México.

Mérito de un jugador que se recuperó de una lesión en uno de sus pies, hecho que le complicó el cierre de la temporada, pero que cuando asumió Ruben Magnano se puso a la orden del entrenador aún sin tener club.

Y adentro de la cancha, en óptimas condiciones físicas, Barrera hizo de las suyas. Conexiones con Esteban Batista, lectura de juego, visión de campo, asistencias a sus compañeros y toda su clase al servicio de la selección en dos partidos muy duros que se jugaron en un repleto Antel Arena.

El jueves, en la victoria ante Puerto Rico, el “Panchi” anotó 7 puntos (0/5 en triples, 2/3 en dobles y 3/3 en libres), capturó 5 rebotes y puso 7 asistencias, mientras que el domingo en la derrota ante Estados Unidos aportó 6 puntos (1/6 en triples, 1/4 en dobles y 1/6 en libres), 5 rebotes y 3 asistencias.

El promedio de Barrera en esta ventana fue de 6,5 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, siendo uno de los jugadores más regulares del equipo celeste. Más allá de que el rubro puntos pudo haber sido mejor, “Panchi” se encargó mucho de repartir el juego y fue una pieza clave en este Uruguay que volvió a dejar todo en la cancha ante dos rivales de mucho nivel en el camino hacia China 2019.

Sin lugar a dudas que queda el sabor amargo de la derrota del domingo porque de haberse conseguido ese punto, la Celeste quedaba a un paso del Mundial.

De todas maneras, Uruguay volvió a dejar una buena imagen jugando con mucho corazón, defendiendo cada pelota a muerte y confirmando la comunión que hay con la gente.

Y otro punto a favor fue el regreso del “Panchi”: fue la manija del equipo y le puso cabeza al juego. Lo disfrutó todo un país.

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