NBA

El basquetbolista de San Antonio Spurs metió 56 puntos y sin haber necesitado lanzar un tiro de tres puntos.

La noche de LaMarcus Aldridge no fue una más. Imposible que lo sea. El increíble partido que protagonizó defendiendo a San Antonio Spurs y en la victoria sobre Oklahoma City Thunder lo posicionó en un lugar de privilegio y le abrió las puertas para quedar para siempre en la historia de la franquicia.

El encuentro, que terminó 154 a 147, fue muy apasionante y eso lo reflejó el hecho de que necesitó dos prórrogas para decidir quién debía llevarse el triunfo.

Russell Westbrook y Paul George se lucieron al máximo, pero ni si quiera jugando de esa forma pudieron detener al avasallante: LaMarcus Aldridge.

Aldridge fue el autor de 56 puntos, 9 rebotes y 4 tapones, unos números asombrosos que suponen una de las mayores anotaciones de un jugador sin haber intentado un solo triple desde que Shaquille O'Neal anotase 61 ante los Clippers en el 2000.

Por otra parte, esta es la mayor anotación que un jugador de los Spurs realiza en casi 11 años, después de que Tony Parker lograse llegar a 55 en 2008 ante los Wolves, aunque lejos se queda de los 71 de Robinson en 1994.

Aldridge, además, se transformó en el séptimo jugador en la historia de San Antonio que pasa la barrera de los 50 puntos.

Esos 154 puntos de San Antonio suponen su mayor anotación en un encuentro desde mayo de 2010 cuando anotaron 147 contra los Warriors.

Todo ello en un partido en el que Westbrook conseguiría unos números nunca antes vistos. Sus 24 puntos, 13 rebotes y 24 asistencias suponen la primera vez en la historia que un jugador consigue más de 20 puntos y asistencias con al menos 10 rebotes. Además, Westbrook consiguió su marca personal de asistencias.