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Estreno de alto voltaje

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La Liga Uruguaya se abre con el clásico Goes-Aguada

La liga uruguaya se abre con el clásico Goes-Aguada

Es la rivalidad más grande del básquetbol uruguayo, y no es algo de hoy, es desde siempre. La pasión que despiertan Aguada y Goes es la más popular, ambos equipos están plenamente identificados con sus barrios y se quieren ganar siempre, no importa si es por los puntos o en un amistoso.

Aguada tiene sus inicios en febrero de 1922, cuando un movimiento de niños y adolescentes se juntaban a jugar al básquetbol en la Plaza de Deportes N° 1, que fue trasladada desde la Ciudad Vieja hasta frente a la iglesia de la Aguada. Ese hecho no fue aislado: generó una revolución en el barrio, donde la gente comenzó a realizar actividad física allí.

En ese contexto, aquel 19 de febrero de ese 1922, se fundó luego de una reunión en la casa de Hugo Di Corcia, en la calle Madrid 1324 un club llamado América, que un mes después cambió su nombre a Aguada.

Por su parte, Goes tiene su fundación oficial el 10 de abril de 1934, aunque fue forjado meses antes por comerciantes, vecinos y jóvenes que se juntaban a jugar en la Plaza de Deportes N°2, que está ubicada en General Flores y Amézaga. Estos jóvenes buscaban su primer trabajo en un país que atravesaba la dictadura de José Luis Terra.

El primer duelo entre ambos fue en 1936 en la cancha de Goes, el mismo año en que el "misionero" hizo su debut oficial en Primera división. Goes ganó 30-19, con 20 puntos de su figura: Celestino Ramella.

Ese duelo fue el que comenzó a forjar la historia entre estos dos clubes, que ya tiene 103 capítulos entre Federales de Primera y Segunda, Liga Uruguaya y Metropolitano, donde el "aguatero" ganó 54 y los de Plaza de las Misiones 49. Hoy 20:15 en el Palacio Peñarol se escribe la página número 104 del clásico, donde Goes buscará descontar esa mini ventaja de Aguada, y el rojiverde ampliarla.

El equipo de la avenida San Martín tiene la racha más grande de triunfos consecutivos, alcanzada entre octubre de 1980 y diciembre de 1992, donde ganó 14 juegos de corrido.

En los primeros años de este siglo los encuentros fueron pocos, por eso, la expectativa siempre era más grande. Al jugar menos seguido la ansiedad era mayor. Aquel recordado juego por el Metropolitano de 2008 que desencadenó en una batalla campal en el Cilindro Municipal marcó un antes y un después para los hinchas, sobre todo para los de Goes, que fueron sancionados y tuvieron que ir a jugar a Tercera división y reconstruir su historia para volver a jugar en la de privilegio. Luego de ese episodio se volvieron a encontrar en el 2013, con victoria para Aguada por 86-76.

Pero hoy, con un nuevo capítulo de esta rivalidad, todo lo que pasó ya no importa. Los hinchas no miran las estadísticas para llenar su tribuna, ni tampoco miran qué cinco jugadores se van a poner su camiseta, solo piden que ganen, que salgan a ese rectángulo y dejen todo por vencer en ese duelo.

Aguada llega con un plantel renovado. Solamente Rodrigo Trelles continúa del plantel del año pasado, incluso hasta el director técnico es nuevo. El español Curro Segura tendrá el desafío más grande con los hinchas en el primer partido.

Por su parte, Goes llega con la base del año pasado. Sebastián Vázquez, Alejandro Acosta y Brian García le ponen la sintonía que le continúa dando Álvaro Ponce. Saber qué va a pasar es una incertidumbre, pero lo que no está en duda es que el Palacio estará desbordado de gente. En la tribuna de Minas todo rojo y verde, y en la de Magallanes todo rojo y azul.

Las medidas de seguridad anunciadas son claras: sin percusión, zona de exclusión para las dos hinchadas, sin banderas que superen los 2x1 metros y diferentes vallados en las tribunas. Si hay remanente de entradas se venden entre la hora 17 y 19 en las boleterías. Tampoco se permitirán elementos de percusión. Que sea una fiesta.

"Si perdías no salías a la calle"

Era otra época. Jugábamos barrio contra barrio: los de este lado de General Flores contra los del otro, y a nadie se le ocurría cruzar. Se jugaba en canchas abiertas y se vivía con una intensidad muy especial, porque estabas toda la vida en el mismo club y porque el clásico era el partido sagrado para las dos instituciones.

Era ese encuentro en el que no podías fallar, porque si no ganabas, al otro día no salías de tu casa. Por la bronca que tenías, y porque además vivíamos todos, los jugadores y los hinchas, en el barrio.
En la década de 1960 jugábamos los clásicos de local y de visitante, y recuerdo que nos íbamos caminando con los hinchas a la cancha de ellos. Desde Goes salíamos por José L. Terra, Libres y San Martín, y después volvíamos por Cuñapirú (actualmente Juan José de Amézaga) hasta la Plaza de Deportes N° 2, porque ahí ya del otro lado de General Flores te sentías en tu barrio.

A mí me encantaban esos partidos porque me agrandaba.
Como técnico, una vez Aguada me fue a buscar para evitar un descenso. Me intentaron convencer con que eran sólo seis o siete partidos, y les dije que no, que era imposible, incluso cuando ya estaba olvidado como jugador. Que pudieran decir que "el Mono estaba dirigiendo a Aguada", no lo admitía. No es un tema de traición, es algo que va por dentro, porque yo jugaba por la camiseta.

Carlos Vignola, jugador de Goes entre 1960 y 1973.

"Al otro día nos veíamos en el liceo"

Pero los que jugué fueron divertidos, intensos, emocionantes y muy disputados. Además, con una particularidad: en los primeros que jugué, éramos compañeros del liceo con los rivales, y al otro día de los clásicos nos juntábamos en el Miranda, donde estudiábamos. Más allá de la rivalidad deportiva circunstancial, muy marcada, lógicamente, éramos amigos.

Recuerdo que siempre fueron partidos muy disputados, y que se picaban, pero en un ambiente sano, porque era un partido bien de barrio, aunque se tratara del clásico más importante del básquetbol uruguayo.

No recuerdo grandes incidentes, a lo sumo alguna escaramuza. Nos conocíamos todos. Después, en los últimos años de la década de 1980, jugué algunos clásicos en Segunda, y ya fue diferente el relacionamiento. Los hinchas eran más intolerantes. Si bien en la cancha había respeto, ya no existía el mismo vínculo, porque los jugadores no eran del barrio; el profesionalismo te llevaba a otros equipos.

Eso sí: algo que siempre tuvieron los días previos fue que ibas a cualquier lado y sentías la presión. En el almacén te decían: "Hoy ganamos, ¡verdad!". Yo vivía a la vuelta de la cancha, y eso se sentía.

Jorge Garretano. Jugó en Aguada entre 1972 y 1989

LIGA URUGUAYA.

Fecha: tres juegos más.

Además de Goes-Aguada, esta noche 21:15 en el gimnasio de Malvín el local se medirá ante Biguá. La fecha continuará mañana también 21:15 con dos partidos; Atenas-Tabaré y Hebraica-Larre Borges en Tabaré. Tres partidos fueron postergados.

Trouville: eliminado.

El rojo se despidió de la Liga Sudamericana tras ganarle a Deportes Castro por 88-59 con 22 puntos y 11 rebotes de Nicolás Borsellino. A pesar de haber ganado, Trouville quedó afuera por perder los otros dos juegos ante Mogi y San Martín.

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