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Vettel ganó en Malasia; Ferrari volvió al éxito después casi dos años

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Sebastian Vettel besando el trofeo tras ganar el Gran Premio de Malasia. Foto: Reuters

Un Sebastian Vettel súper, con una Ferrari impecable que puso en la pista una estrategia ganadora, se alzó hoy con el Gran Premio de Malasia, devolviéndole al team italiano una victoria que le faltaba desde hace casi dos años.

Imposible describir fielmente el festejo de Vettel dentro del habitáculo de su Ferrari SF15-T que ha rebautizado Eva, en un concierto de alaridos en los que mezclaba su incipiente italiano con el inglés: "Turn back Ferrari, number one, grazie ragazzi, forza Ferrari", gritaba.

El último triunfo de un auto rojo se remontaba al Gran Premio de España 2013, ganado por Fernando Alonso, y el de Vettel al de Brasil del mismo año, en el que fue la despedidacomo piloto de Red Bull del lugar más alto del podio.

Todo funcionó a la perfección en Ferrari para darle a Vettel, en su segunda prueba con el team italiano su primer triunfo en esta nueva fase de su carrera en la que, con una humildad encomiable, pero también con su talento intacto, se ha integrado a la perfección con su nuevo equipo.
La clave ganadora estuvo en la estrategia decidida por Maurizio

Arrivabene, el nuevo team-principal, un duro que hoy se aflojó entre abrazos y lágrimas, tras pedir calma.

"Fue una victoria de ensueño, pero pies sobre la tierra y cabeza baja", dijo.

Esa estrategia consintió en decidir, sobre la marcha, dos cambios de gomas en lugar de los tres efectuados por Mercedes, que creyó aprovechar el ingreso de la safety-car en la cuarta vuelta, tras un leve despiste de Markus Ericsson.

Vettel permaneció en la pista hasta el giro 17, cuando hizo su primer pit-stop, y volvió tercero, pero cuando tanto Lewis Hamilton como Nico Rosberg cambiaron neumáticos por segunda vez (giros 25 y 27) se encontró primero, posición que retuvo hasta el final, en una prueba agresiva y sin errores.

El hecho de que hoy Ferrari no era inferior a Mercedes se vio en la parte final de la carrera, cuando tanto Vettel como Hamilton montaban las mismas gomas medias y el británico no pudo anular la ventaja que le llevaba el alemán, quien cruzó bajo la bandera a cuadros con 8"569 de ventaja.

Otra demostración del crecimiento vertiginoso de Ferrari fue la prueba (desafortunada) de Kimi Raikkonen: nomás en la largada un contacto con el Sauber del brasileño Felipe Nasr lo obligó a entrar a boxes para cambiar una goma trasera, para reintegrarse a pista en el último puesto.

En cierto sentido fue favorecido por el ingreso de la safety-car, pero una vez que esta dejó el trazado dio comienzo a una furiosa remontada, con prepotentes sobrepasos, que le consintió terminar en un más que elogiable cuarto puesto, aunque lejos de un anónimo Nico Rosberg, tercero.

Williams, con Valttery Bottas y Felipe Massa, se repartieron el quinto y sexto lugar, mientras inmediatamente atrás de ambos llegó Max Verstappen, un adolescente de 17 años que con su Toro Rosso se hizo respetar en la pista, con una tozudez propia de un veterano.

Debacle de Red Bull, con el ruso Daniil Kvyat noveno y Daniel Ricciardo décimo, ambos detrás del español Carlos Sainz Jr., al comando del otro Toro Rosso, mientras del resto de los pilotos latinoamericanos el mejor clasificado (12o) fue Nasr.

A sus espaldas terminó Sergio Pérez, con Force India, mientras Pastor Maldonado, antes de desaparecer, fue castigado con un "stop and go" de 10 segundos por haber circulado a velocidad excesiva por la pit-lane, en ocasión de su primer cambio de gomas.

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Sebastian Vettel besando el trofeo tras ganar el Gran Premio de Malasia. Foto: Reuters

Fórmula 1ANSA

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