MI OPINIÓN
FERNANDO PARRADO
Desde hace 35 años estoy sumergido en el mundo de los autos, probando y aprendiendo.
Soy testigo de cómo los importadores y vendedores de autos, a menudo recurren a los llamados “influencers”, para que prueben e intenten vender sus vehículos, sin tener en cuenta que, desde un punto de vista profesional, las habilidades de conducción y la manera de comunicar los resultados, se logra a través de un largo aprendizaje.
Hay que saber a quién va dirigido cada road test y el lenguaje apropiado. No es lo mismo probar un Chery QQ que un Lamborghini Aventador, pero se debe demostrar el mismo profesionalismo.
Me encanta conducir y disfrutar de cada historia de un road test, ya sea en Villa Serrana como en los lagos de Noruega. Es por ello que me considero un “tester de corazón”.