MI OPIINIÓN

NANDO PARRADO

Siempre me gustaron los autos italianos, especialmente Alfa Romeo.

Y Lancia siempre tuvo un lugar en mi corazoncito tuerca. Los valores principales de Lancia siempre fueron la elegancia en la ingeniería y el diseño. Esto complica a Lancia, ya que inventar y utilizar tecnologías que nadie más va a usar, no es financieramente lógico para un fabricante.

Y, por ahora, parece que la elegancia no está en demanda. Se busca más practicidad y eficiencia. Cualquier tuerca informado admitiría con orgullo que los Lancia del pasado tenían carácter: Aurelia, Flaminia, Flavia, Fulvia, Gamma y Beta.

Aún el último de la lista, el Delta, fue un auto fantástico de conducir y de tener. Como todo auto italiano de performance, el Delta tenía su carácter y personalidad, pero aquellos que han tenido la oportunidad de conducir uno con ganas y bríos no se olvidarán jamás de la experiencia. El sonido, la caja y su comportamiento han dado muchas alegrías a la marca en los rallies mundiales. Pero no parece haber un lugar para Lancia en este mundo ahora.

Ojalá el Sr. Marchionne la deje descansar en paz y no le ponga caretas e insignias de Lancia a los Chrysler.