MI OPINIÓN

Lamentablemente la crisis nos va a acompañar por un buen rato y sus consecuencias han golpeado fuertemente en todas las áreas. Una de ellas es la Fórmula Uno. Sin embargo, en momentos de incertidumbre, la F1 puede aprovechar a replantearse hacia dónde quiere apuntar luego del coronavirus.

A mi entender, un extenso calendario en lugares como Vietnam y Arabia Saudita, y en países donde muy poco se apoya a las carreras, no tiene demasiado sentido. Pero si se apuesta únicamente a aquellos circuitos que refieren a lugares históricos, donde la F1 es una verdadera pasión, creo que sería una muy buena decisión.

En lo personal, el Gran Premio de Azerbaiyán, el de China y aún el de Bahrein, no capturan en demasía mi entusiasmo, pero sí el de Hockenheim o Nurburgring, donde no hubo GP el año pasado. En los próximos tiempos, la F1 tiene la chance de demostrar que es más pragmática, y que piensa en el espectáculo y en sus fans.

La tarea no es sencilla, tomando en cuenta que existen marcados intereses en juego, sin contar las nuevas generaciones a las que nombres como Monza, Silverstone o Spa, no les dicen nada, y se inclinan por una carrera virtual en Bakú.