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El esfuerzo dio frutos: volvió campeón

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Logro. “Son muchos  años de trabajo para salir campeón”.
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Santiago Urrutia se fue a vivir solo con 14 años detrás de un sueño y volvió con el trofeo Pro Mazda.

MATEO VÁZQUEZ

Cerca de 50 personas esperan la llegada de Santiago Urrutia, estimada para las 10:00 en el Aeropuerto de Carrasco. Mientras la gente aguarda por el desembarco de los pasajeros, una señora rubia espera para ser entrevistada por un medio televisivo. "A vos te voy a matar, de esta no me olvido", le dice la mujer a quien la delató. Es Claudia Lausarot, madre de Santiago Urrutia, que al igual que su hijo, no disfruta de estar ante cámaras.

Claudia está nerviosa, ansiosa de ver llegar a su hijo. En el mismo lugar donde lo despidió cuando tenía 14 años y se fue a vivir a Europa, tras el sueño de ser profesional en el automovilismo, ahora lo espera luego que consiguiera su máximo logro, ser campeón en la categoría Pro Mazda en Estados Unidos.

"Fueron momentos difíciles, más de una vez nos replanteamos si estábamos haciendo bien el permitirle, por más que fuera su sueño, irse de tan chiquito a vivir solo a Europa", cuenta. Agrega que Santiago vivió momentos complicados, pero que los contó tiempo después. "Es la vida, creció antes de tiempo en algunas cosas, pero valió la pena. Vemos resultados como persona y profesional, quiere decir que los frutos se están dando", explica.

Tras desembarcar, Santiago, evalúa el camino recorrido y reflexiona: "Cuando pasé por la bandera a cuadros me acordé de cuando me fui a vivir solo, que no hablaba ni inglés ni italiano, mucho esfuerzo".

Al ser campeón, Urrutia también recordó a "Gonchi" Rodríguez, su referente. Luego de ganar se detuvo en la curva "Tirabuzón", donde ocurrió el accidente fatal y aceleró: "El mejor homenaje a "Gonchi" es acelerando a fondo siempre, como lo dice la hermana".

También destacó el respeto que le tienen a Rodríguez en Estados Unidos, algo que el quiere emular.

Claudia, su mamá, no cree que fuera casualidad que el problema de Neil Alberico que posibilitó el campeonato fuera en la fatídica curva. "La verdad, creo que tuvo una mano, una ayuda extra".

Tras atender a la prensa y tomarse fotos con fanáticos, Urrutia y su familia partieron hacia Colonia Miguelete. Obviamente, al volante, Santiago. "Una vez, en Europa, me tocó manejar porque era menor. No te puedo decir lo que era, todo el tiempo dando indicaciones", dice Claudia y sonríe. Volvió a su casa junto al campeón, con el volante en buenas manos.

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