La llegada de la prueba a Uruguay es una posibilidad cada vez más cierta.
Desde que el Rally Dakar llegó al continente americano en el año 2009, comenzaron a tejerse las ilusiones de que Uruguay pudiera tener la posibilidad de compartir el diagrama de esta competencia, de gran nivel mundial. Primero tímidamente, luego en forma ya más abierta, los contactos iniciales se fueron dando conjuntamente con las gestiones que llevaba a cabo el piloto de motociclismo franco uruguayo, Laurent Lazard, a quien el médico uruguayo Guillermo Avellanal, integrante del plantel sanitario de la organización, le daba su apoyo.
Con el crecimiento de la nómina de participantes uruguayos, también se fueron incrementando los contactos y las ilusiones de tener al Dakar en Uruguay, barajándose diversas posibilidades en el curso de los últimos años. Pero todo no pasaba de la primera fase, sin mayores adelantos ni contactos oficiales.
Las destacadas gestiones en carrera de Sergio "Oso" Lafuente, su carisma y su buen relacionamiento, fueron incrementando el interés de los organizadores por tener más información y contactos reales, hasta llegar al momento actual.
Hoy puede informarse, y sin faltar a la verdad, que los organizadores del Dakar están seriamente interesados en tener a Uruguay dentro del diagrama de alguna próxima edición.
También es cierto que el gobierno, por intermedio del Ministerio de Turismo y Deporte, ha oficializado su interés para que Uruguay sea sede del Dakar.
A principios de este mes, David Eli y Jean Marc Aublanc, representantes de Amaury Sport Organisation estuvieron en Uruguay, se reunieron con la ministra Liliam Kechichian y recorrieron diversas zonas para conocer las posibilidades que ofrece nuestro país.
Esto ameritó que en la primera semana de marzo estén llegando a Uruguay directamente desde Francia dos de los máximos responsables del Dakar: Etienne Lavigne y Gregory Murac, para entablar un contacto más formal y directo con responsables del gobierno con la finalidad de definir las posibilidades de hacer llegar al Dakar a Uruguay.
Al igual que el propio recorrido de este rally, el camino es duro, difícil y exigente. Pero la meta puede alcanzarse, sin ponerse, obligadamente, un plazo definitivo.
AUTOMOVILISMONELSON VICENTE