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Croizon, un ejemplo en el Dakar

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Croizon junto al automóvil antes de la largada.

Philippe no tiene brazos ni piernas, pero a sus 48 años corre la prueba más exigente del mundo.

Una tarea doméstica que en principio parecía bastante sencilla fue el gran cambio en la vida de Philippe Croizon. El francés tenía 26 años, una esposa y un hijo cuando decidió subir al techo de su casa para arreglar una antena. Todo ocurría normalmente hasta que tocó un cable de alta tensión y recibió una descarga de 20.000 voltios, usualmente mortal.

Pero Croizon dio su primer ejemplo de fortaleza y resistió al accidente, aunque le dejó secuelas. A pesar de los intentos médicos le debieron amputar las cuatro extremidades.

Lo que a cualquiera le hubiera significado un gran problema en su vida, fue tomado de una forma diferente por el atleta. Decidió que a pesar de su discapacidad debía salir adelante y comenzar a realizar actividades, aunque existieran dificultades.

Un día mirando la TV adoptó ese pensamiento tras ver a una persona que cruzaba el Canal de la Mancha a nado. Croizon comenzó a hacer natación y tras un arduo entrenamiento, en 2010 se convirtió en el primer doble amputado en cruzar el Canal tras poco más de 14 horas.

"Necesité tiempo para asimilar mi nueva situación. En un centro de reeducación aprendí que lo imposible solo está en nuestra mente", dijo.

Este no fue su límite en cuanto a la natación, ya que se dedicó a unir los cinco continentes cruzando estrechos. Comenzó en Wutung (Papúa Nueva Guinea, Oceanía) y lo unió a Pasar Skow (Indonesia, Asia). Luego lo hizo entre América y Asia desde la isla de Diomedes (Alaska) y la de Ratmanov (Rusia) y Asia y África a través del Mar Rojo.

Pero poco después tuvo otra idea: correr el Rally Dakar. El atleta se lo comentó a su esposa y a su representante y ambos le respondieron que les parecía una locura, aunque luego cedieron.

Lo hará en un buggy especialmente preparado y que lo maneja con una especie de control que mueve con el muñón de su brazo derecho. No será la primera experiencia de Croizon al mando de un auto, pues se ha estrenado en dos competiciones oficiales.

Solamente la tecnología empleada en el auto supera los 70.000 dólares de costo. El joystick que mueve con su muñón derecho sirve para acelerar, frenar y doblar mientras que con su muñón izquierdo logra encender luces y otros tipos de dispositivos eléctricos del auto.

Tras largar ayer, Croizon tiene como principal objetivo llegar a Buenos Aires el 14 de enero para completar. "Si lo hago, después quiero llegar a la luna", afirmó.

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Croizon junto al automóvil antes de la largada.

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