MI OPINIÓN
A lo largo de mi vida, me he topado con personas para las cuales un auto es lo mismo que una heladera o un microondas. Sí, es una máquina, pero peligrosa, la cual requiere de conocimiento y respeto.
La mayoría de los conductores no tiene la más mínima idea de cómo se comporta un automóvil, cuál es la información que recibe a través de volante, pedales, caja de cambios, y la relación conductor/vehículo.
El coche debe contar con aquellos elementos que faciliten la conexión entre el usuario y éste. Las respuestas lineales y la ergonomía deben arrojar los resultados esperados. La progresión del acelerador, el “feeling” de los frenos, la caja de cambios… todo debe guardar una perfecta relación de balance e integración.
La precisión de la conducción es el resultado de la suma de cada uno de estos parámetros, además de una cuidadosa “puesta a punto” de la mecánica y los neumáticos.
El auto debe reaccionar “directamente” y “preferiblemente” a las acciones del conductor… de esta manera, se logrará un mejor control del mismo.
La persona detrás del volante tiene que estudiar y aprender las reacciones de su coche… antes de que sea demasiado tarde.