TENIS

Rafael Nadal y Roger Federer se adueñaron de los cuatro Grand Slam de la temporada jugando a un gran nivel y demostrando toda su vigencia en el circuito profesional. Son los más ganadores de los torneos grandes.

El inicio de la temporada 2017 traía consigo una gran interrogante que tenía como protagonistas a Roger Federer y Rafael Nadal, dos de los grandes tenistas de toda la historia profesional.

El suizo iba a comenzar el año luego de una larga ausencia tras haber pasado por primera vez por el quirófano en 2016 para hacerse una artroscopia en el menisco de la rodilla derecha.

Esa lesión, que según el nacido en Basilea se dio en un paseo por Melbourne con sus hijas, lo alejó de las canchas prácticamente durante toda la segunda mitad de la temporada pasada, ya que tras caer en semifinales de Wimbledon ante el canadiense Milos Raonic se retiró del circuito con el objetivo de regresar con todo.

Federer decidió poner foco en la recuperación de esa articulación y, sobre todo, fortalecerse en un aspecto clave a la hora de jugar: el físico.

Lo hizo. El objetivo se cumplió y el 2017 lo comenzó con todo. Melbourne, donde todo lo malo había comenzado, tenía otro destino preparado para el mejor tenista de todos los tiempos.

Federer venció a Rafael Nadal en la final y llegó a su título número 17 de Grand Slam en un partido que los marcó a los dos, porque el suizo regresaba a lo grande y el español, que había superado una lesión en la muñeca que lo alejó de las canchas en octubre de 2016, retomaba su nivel, aunque volvía a perder una final contra su amigo “Rogelio”.

Pero el Abierto de Australia comenzaba a vislumbrar que Nadal y Federer estaban de regreso al circuito.

El suizo se quedó con el primer Grand Slam de la temporada y en Roland Garros, el segundo, estuvo ausente. “Rafa” lo aprovechó y se quedó con el título tras vencer a Stanislas Wawrinka.

La pausa le vino bien a Roger y en Wimbledon el suizo levantó la copa para llegar a su octavo título en el Reino Unido y su 19° Grand Slam.

El US Open volvió a consagrar a Nadal, que llegó a 16 torneos grandes y dejó en claro que los dos fenómenos del tenis mundial están de regreso y más vigentes que nunca.