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El nuevo ídolo australiano

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Locatario. Nick Kyrgios derrotó a Andreas Seppi, verdugo de Federer, y avanza en su país.
PAUL CROCK

El joven Nick Kyrgios es la sensación y esperanza local en el Abierto de Australia.

En Australia comenzaron la segunda semana del mayor torneo con la inmensa alegría de tener a Nick Kyrgios, el jugador local, en cuartos de final.

De los 10 australianos que empezaron el torneo sólo queda él en carrera, pero su proyección excede el evento de Melbourne.

Kyrgios hizo delirar a los locales tras ganarle 5-7, 4-6, 6-3 7-6(5) y 8-6 a Andreas Seppi, el verdugo de Roger Federer en una remontada que duró casi tres horas y en el que el juvenil australiano levantó un match point en contra al final del cuarto set.

Esta fue la segunda vez en la carrera del jugador nacido en Camberra, pero hijo de un decorador griego y una ingeniera malaya en computación, que logra salvarse.

La única ocasión anterior en la que pasó por esta misma situación también ganó el partido. Aquella vez fue ante Richard Gasquet en Wimbledon 2014 y tuvo que reponerse nueve veces de estar contra la pared para vencer al galo.

Los locales deliran con el jugador, sobre quien depositan sus mayores expectativas de futuro, por más que en octavos también quedó eliminado Bernard Tomic y en la lista de los 100 primeros del mundo figuren cinco de ese país.

Ni la personalidad de Tomic (66 del mundo, nacido en Alemania pero nacionalizado), ni las esperanzas puestas en Thanasi Kokkiankis, ni el esfuerzo de Marinko Matosevic (llegado desde Bosnia Herzegovina a jugar por este país), logran despertar la pasión que genera Kyrgios.

Su tenis explosivo y su personalidad avasalladora lo hacen el heredero de una corona que de a poco va dejando Lleyton Hewitt, aún 87 del mundo, pero más cerca de la capitanía de Copa Davis que de seguir cosechando trofeos.

Y lo más interesante de todo es que Kyrgios aún no ganó ni un torneo de ATP y sin embargo todo se mueve a su alrededor.

El año pasado fue el segundo australiano en el ranking y ahora ya está primero y junto a Coric fue uno de los únicos dos adolescentes que finalizaron entre los 100 mejores.

Esta madrugada de domingo uruguaya se transformó además en el primer adolescente (menor de 20 años) en llegar a cuartos de final en más de un Grand Slam (París, Wimbledon, Melbourne) desde Roger Federer en 2001 y el primero en este torneo desde Cherkasov en 1990.

El último sub 20 australiano que logró esta proeza fue Pat Cash en 1984, el tenista de la vincha cuadriculada, campeón de Wimbledon en 1987 y finalista en Melbourne ese año y al siguiente. Le ganaron dos suecos: Stefan Edberg y Mats Wilander, respectivamente.

Kyrgios tiene a toda Australia a sus pies, que ve —ahora sí con evidencia consistente— que el futuro puede ser muy bueno para el tenis del país, con un jugador que se aleja cada vez más de ser una promesa para convertirse en una realidad cada vez más sólida.

Pablo Cuevas tiene doble actividad

Pablo Cuevas tiene trabajo doble aún en el Abierto de Australia, ya que continúa disputando las categorías de dobles y dobles-mixtos, en donde hasta el momento ha transcurrido con éxito en ambas disciplinas. El uruguayo se mantiene en carrera tanto en parejas masculinas y mixtas. Junto al español David Marrero se metió en los cuartos de final del Abierto de Australia tras derrotar por 7-6(9), 7-6(3) a los locales Alex Bolt y Andrew Whittington, en un partido intenso y peleado. Ahora, la pareja uruguayo-española aguarda por los vencedores del partido entre Simone Bolelli y Fabio Fognini ante Olivier Marach y Michael Venus, que se disputaba esta madrugada local. Por otro lado, también en el amanecer uruguayo, Cuevas intentaba meterse en cuartos de dobles mixtos en pareja junto a Su Wei Hsieh, de Taiwan, su compañera en la categoría. En primera ronda dieron una de las sorpresas al derrotar 6-4, 5-7 y 10-4 a los sextos cabezas de serie, el serbio Nenad Zimonjic y la kazaja Yaroslava Shvedova. Recordemos que el salteño fue eliminado en primer ronda de singles en el Abierto de Australia.

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Locatario. Nick Kyrgios derrotó a Andreas Seppi, verdugo de Federer, y avanza en su país.

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