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Del arco chico al grande

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Fotos: Archivo El País

Desde hace 40 años el buzo de arquero va de mano en mano: los que atajaron en juveniles, llegaron a la Mayor.

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El arco de la Celeste es una herencia de gloria, esa que empieza a cultivarse desde las selecciones juveniles hasta que se concreta cuando se llega a defender la selección mayor. Es que así lo marca la historia, al menos, en los últimos 40 años, donde los arqueros que brillaron en las juveniles, terminaron adueñándose del arco grande.

Los tres palos de la Celeste, fueron custodiados por arqueros que han sido fundamentales para que las diferentes selecciones uruguayas lograran títulos y alzaran copas.

Los arqueros uruguayos han marcado un estilo que se ha respetado a rajatabla hasta la actualidad. Son técnicos por excelencia, seguros, solventes, corajudos, arrojados, con clase.

Han pasado muchos, y muy buenos a lo largo de la historia, y hoy esa herencia bajo los tres palos parece tener un sucesor a mediano o largo plazo: Santiago Mele, una de las figuras que ha tenido la selección Sub 20 en la Copa del Mundo Corea 2017.

El arco está en buenas manos, al menos de cara al futuro. Pero el de arquero es un puesto complicado, difícil, que no perdona errores y condena fácilmente al olvido. Hay que estar maduro, muy preparado para atajar con el buzo gris y el escudo de la AUF sobre el corazón.

Santiago Mele, el héroe de la Sub 20 en la tanda de penales ante Portugal, tiene todo para llegar, pero también necesita recorrer un largo camino desde el arco chico hasta el más grande, hoy custodiado por Fernando Muslera, otro heredero de gloria que subió escalón por escalón en las selecciones juveniles hasta llegar a la mayor.

Así ha sido y se ha dado en los últimos 40 años. Desde que Rodolfo Rodríguez levantó la Copa en el Sudamericano Juvenil de 1975 en Lima, hasta ésta que trepó hasta el cielo en el último Campeonato Sudamericano Sub 20 de Ecuador, siempre estuvo sostenida con las dos manos de un arquero.

Herencia de gloria que continuó con las manos de Fernando Álvez, dos veces Campeón Sudamericano Juvenil (1977 y 1979), con la categoría que mostraron más tarde Javier Zeoli y Gustavo Munúa, el arquero vicecampeón del Mundo en Malasia 1997, o en las grandes actuaciones que después tuvieron Fabián Carini, Fernando Muslera y Martín Silva, todos arqueros que custodiaron los tres palos de la selección juvenil y después se calzaron el buzo en la selección mayor. Fueron, cada uno a su turno, los herederos del arco del triunfo.

Hubo excepciones, claro, como la de Robert Siboldi, por ejemplo, que fue arquero de la selección de Uruguay en 34 partidos, jugó las Copas América de 1993 y 1997 y las eliminatorias para la Copa Mundial de Estados Unidos de 1994, sin haber atajado en las selecciones juveniles, pero tuvo el perfil de arquero técnico, seguro, temperamental, como todos quienes lucieron el buzo de la Celeste mayor.

O como el "Coco" Conde, que debutó en la mayor a los 34 años, después de una larga carrera.

Y como Siboldi y Conde, otros tantos, pero pocos fueron los que se pasaron la posta del arco.

El presente de Mele augura un gran futuro en la selección de Uruguay, en un arco enorme, de mucho peso, historia y tradición.

Mele tendrá que esperar, tendrá que seguir recorriendo un largo camino.

El arco de la Celeste está ahí, esperándolo, con las redes abiertas de par en par...

Algunos de los arqueros que han estado en Sub 20 y Mayor. Fotos: Archivo El País
Algunos de los arqueros que han estado en Sub 20 y Mayor. Fotos: Archivo El País

SELECCIÓNJOSÉ MASTANDREA

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