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Trasplantados: no hay carrera imposible para quien no se detiene

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Foto: Francisco Flores.
Francisco Flores

Atletas uruguayos viajan a los Juegos Mundiales de la especialidad que se realizarán en Málaga.

La primera actividad para deportistas trasplantados en Uruguay se hizo en 2002, en la Pista de Atletismo. Terminamos de correr y vimos que la directora del entonces llamado Banco de Órganos, Inés Álvarez, estaba lagrimeando. Le preguntamos qué le pasaba y nos dijo: ‘Nunca pensé que iban a quedar tan bien’”.

José Fernández cuenta la anécdota y sonríe. Gastón Valfré asiente. Ambos estuvieron aquel día y estarán desde el domingo en los Juegos Mundiales de Deportistas Trasplantados, en Málaga, España. Y su ejemplo volverá a recordar a todos que no hay carreras imposibles para quien decide no detenerse. Fernández participará en lanzamiento de bala y jabalina; Valfré, en bala y bowling. Ambos son trasplantados de riñón. Además viajarán Sergio Miranda (ciclismo, hígado), Miguel Yelos (ciclismo, riñón) y Gustavo Vera Ocampo (atletismo y tenis, riñón). El team manager es el profesor Irineo Rocha, no trasplantado. Un percance de salud de última hora impide la participación de Gabriel Suárez (atletismo, riñón), uno de los pioneros de la actividad.

“El deporte es una herramienta para inspirar y motivar a otras personas a practicarlo y una demostración de que las dificultades que nos presenta la vida se pueden superar”, comenta Miranda. Tiene 59 años, de los cuales pasó más de 40 con el virus de la hepatitis C. “Ante el daño hepático, la única forma de seguir viviendo era un trasplante de hígado. Fui trasplantado en febrero 2010 en Uruguay. Eso significó un cambio total en mi vida. A los nueve meses participé de un Latinoamericano de trasplantados. Hoy llevo cuatro latinoamericanos y tres mundiales. Fui uno de los protagonistas del documental “12 Horas 2 Minutos”, sobre la donación de órganos y trasplantes en Uruguay. En marzo de 2012 realicé un cruce de los Andes (350 km) en bicicleta desde Argentina a Chile en homenaje a los donantes. Participo activamente de carreras de bicicletas de mountain bike”, cuenta.

A Valfré le descubrieron la enfermedad cuando fue a hacerse la ficha médica porque jugaba al básquet en Olimpia. “Lo digo para que sirva a todos. Tuve que dejar de hacer deporte cuando empecé con las diálisis. Luego, dos años de espera para el trasplante. Y cinco o seis meses después volví a hacer deporte. Trato de ir a la pista y a un gimnasio, donde hago los ejercicios convencionales, como cualquier otro atleta”, asegura.

Sus colegas tienen historias similares. Se parecen también en que se decidieron a practicar deporte sin temores y el deporte los retribuyó con bienestar físico y mental. “¿Miedo? No... Ya estuve arriba un ratito y me mandaron para abajo”, dice Fernández.

“La actividad física de las personas trasplantadas es importante por varias razones: las mantiene en forma, sensibiliza a la sociedad sobre la necesidad de donar órganos y incluso disminuye la necesidad de tomar medicamentos inmunodepresores, que tienen sus riesgos. Puedo decir que el deporte es mi medicina”, agrega Miranda.

“El deporte tiene para las personas trasplantadas tantos o más beneficios que para una persona común, porque aumenta su expectativa de vida. Hay que tener en cuenta que la persona llega a esa situación luego de sufrir el proceso de una enfermedad. Cuando se hace el trasplante y se recupera, le ‘salta la cadena’. Según estudios, muchos al año de la operación ya sufren de sobrepeso, lo cual es complicado. Y eso no ocurre cuando se practica deporte”, indica.

En Uruguay viven unas 1.100 personas trasplantadas y otras 500 están en lista de espera. Y entre ellos, quienes practican deporte de manera regular no son más de 20.

“La responsabilidad es de los propios trasplantados pero también de la comunidad médica, por no incentivar la práctica deportiva. Tampoco hay un programa oficial que colabore. Tenemos un proyecto que busca que el Estado incentive su práctica. Uruguay tiene estructuras adecuadas para hacerlo e incluso profesores de educación física se han recibido con tesis sobre nuestra actividad física”, indica Fernández.

“Es importante que el trasplantado sepa que con un buen control médico puede participar de actividades deportivas, incluso junto a personas que no están en su situación”, agrega Valfré.

La competencia internacional también les representa un esfuerzo económico. Si bien la Secretaría de Deportes los apoya para los pasajes a España, la instancia de clasificación y la inscripción en el Mundial corrieron por su cuenta, salvo el caso de Yelos, empleado de la construcción, que tuvo el apoyo de su sindicato, el Sunca.

“Además, competimos en memoria de nuestro donante, que hizo su testimonio de vida antes de partir”, enfatiza Miguel.

“Somos producto de la solidaridad, lo mires por donde lo mires -lo define Miranda-. Una muestra es el Fondo Nacional de Recursos, que es creación de la sociedad uruguaya y no existe en otros países. Y tenemos arraigada esa solidaridad. Como hay gente que hereda bienes, nosotros heredamos vida. Es un tesoro que siempre defendemos y destacamos. El deporte es imagen de una cantidad de vivencias y emociones. Esto es humanizar el deporte”.

"Hay historias de vida increíbles".

Unos 2.200 deportistas de 55 países competirán en Málaga en 15 deportes que no implican contacto físico, para evitar riesgos, aunque la concepción del deporte para trasplantados está evolucionando y de hecho el torneo comenzará con un partido de fútbol de carácter participativo y no competitivo. Estos mundiales se realizan desde 1999, los años impares.

“Cuando vamos a los torneos nos encontramos con historias de vida increíbles, situaciones emocionantes. Por ejemplo, que un atleta nos diga que tiene cuatro trasplantes de hígado. Una sueca con cinco trasplantes que gana cinco medallas. O una holandesa ciega que ganó medalla en natación”, cuenta Sergio Miranda.

"La mejor medalla ya la llevamos".

“Subirse al podio es un reconocimiento pero ninguno participa para eso. No hay que perder de vista que la mejor medalla ya la llevamos puesta, todo lo demás es anécdota”, afirma Sergio Miranda. La delegación celeste partirá a España el 23 de junio y los Juegos empezarán el domingo 25 con un partido de fútbol para el cual ya se anotaron varios uruguayos. Esta será la vigésimo primera edición de los Juegos para Deportistas Trasplantados. Las competencias de 2019 se realizarán en la ciudad inglesa de Newcastle.

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Foto: Francisco Flores.

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