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Sospechas sobre un récord increíble

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Ayana. La atleta etíope sembró dudas con su espectacular registro.
JOHANNES EISELE

Ayana bajó 14’’ la marca de los 10 mil metros.

"Mi dopaje, es mi entrenamiento y mi fe": la etíope Almaz Ayana, que con muchas sospechas acaba de batir el récord del mundo de 10.000 metros, respondió con una sonrisa a las dudas que rodean su actuación de ayer en los Juegos Olímpicos de Río. Su registro superó en más de catorce segundos un récord que databa de 1993, Ayana pero no esquivó la cuestión. "Tengo tres cosas que decir", señaló. "La primera es que me he entrenado específicamente para el 10.000 metros, la segunda es que rezo mucho y Dios me da todo. Mi dopaje es mi entrenamiento y mi fe. Y la tercera es que estoy limpia como el cristal", dijo. La etíope Almaz Ayana, de 24 años, ganó el oro de 10.000 metros, mejorando netamente el récord de mundo, que databa de 23 años, rebajándolo en 14 segundos, con un tiempo de 29 minutos, 17 segundos y 45 centésimas, een el debut de las pruebas de atletismo en Río. Campeona del mundo de 5.000 metros en 2015, Ayana atacó justo después del quinto kilómetro (14:46.9) para iniciar una carrera contra el reloj y pulverizar la antigua marca (29:31.78), que pertenecía a la china Junxia Wang, desde el 8 de septiembre de 1993.

Esta última pertenecía al célebre ejército de Ma Junren, entrenador cuyo grupo de atletas dio que hablar en los años 90, bebiendo pócimas a base de sangre de tortuga. Sus atletas dominaron totalmente el fondo (1.500, 3.000 y 10.000 metros) femenino en el Mundial de Stuttgart en 1993, antes de batir varios récords del mundo en los campeonatos nacionales semanas después, para desaparecer rápidamente de la escena internacional.

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Ayana. La atleta etíope sembró dudas con su espectacular registro.

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