Las selecciones de Brasil y Alemania no necesitan la dirección del estadio Maracaná ni un recordatorio para acudir puntuales hoy (17:30) a una cita con la historia del fútbol, con la gloria que ha reservado una medalla de oro olímpica y, quizá, con los fantasmas que vienen a Río de Janeiro tras lo ocurrido el 8 de julio de 2014 en Belo Horizonte, cuando la Canarinha cayó por 1-7 con la Mannschaft en el Mundial de Brasil.

Torneos diferentes, selecciones y protagonistas diferentes en estadios distintos. No obstante, la posibilidad de obtener una victoria sobre un rival incómodo en una final que puede dar a Brasil la primera medalla de oro de su historia en un torneo olímpico de fútbol masculino es la ilusión de un país y un grupo de jóvenes jugadores ambiciosos capitaneados por Neymar. Argumentos hay para lograr el objetivo pues el equipo de Rogério Micale llega con una defensa que mantiene imbatible su arco al cabo de 5 partidos (450 minutos).

Alemania también busca un desafío sin precedentes: el primer oro olímpico como país unificado, ya que la desaparecida Alemania Oriental lo ganó en Montreal76 y Alemania Occidental, apenas alcanzó un bronce en los de Seúl88.

El exfutbolista Horst Hrubesch, DT de los juveniles alemanes, puso en la previa un freno al optimismo que la selección anfitriona ha vuelto a generar en la prensa al recordar el poder ofensivo de su equipo: Alemania ya suma 21 dianas gracias en parte a los 12 que han firmado Gnabry y Petersen y los 3 de Meyer.

Qué curioso resulta ver a Alemania presumir de ataque y a Brasil de defensa...

FÚTBOL MASCULINO