Campeón Sudmaericano Juvenil con Uruguay en 1979. Ídolo en el fútbol colombiano y figura del Peñarol del ‘87, se radicó en Cerro Largo hace 20 años donde reparte sus días como empleado de la Intendencia y como panelista deportivo en el Canal 12 local.

- ¿Todavía te paran por la calle y te dicen “Zurdo”?

- (Se ríe) Si, algún veterano se acuerda, me ‘registra’, los jóvenes no, los más jóvenes me conocen por lo que hice en Cerro Largo como entrenador, porque ya soy parte de este fútbol desde hace más de 20 años.

- ¡Ya 20 años!

- ¿Quién iba a decirlo, no? Me quedé aquí, en Melo. Tengo mi pareja, comencé una nueva vida, y como siempre estuve vinculado al fútbol, no me fui más.

- ¿Qué hace hoy Ricardo Viera, el “Zurdo”?

- Trabajo. Soy panelista en un programa deportivo “Fútbol al Día, que se emite los lunes, de 20 a 21 horas en el Canal 12 de Melo, y soy empleado de la Intendencia Municipal de Cerro Largo. La voy llevando...

- De alguna manera, seguís cerca del fútbol.

- Sí, claro... hoy, a los 57 años, me la rebusco. Estoy lejos del ruido, como se dice, pero dirijo al Olimpia, un club amateur, y despunto el vicio.

- Fuiste entrenador de la selección y del Cerro Largo Fútbol Club.

- Sí, dirigi a la selección de Cerro Largo y al Cerro Largo Fútbol club. A los dos. Pero mi mejor temporada fue en el 2000, cuando estaba en Melo Wanderers. Ahí batimos todos los récords. Fuimos campeones en todas las categorías yo dirigía a la Cuarta, la Tercera, y el Primero. Fue un año bárbaro.

- ¿Nunca se dio trabajar en un club de Montevideo?

- No, nada fijo. Hubo sí, algún llamado, pero tiene que ser algo concreto, algo seguro. Yo tengo mi vida aquí, y para irme, tiene que ser algo seguro. No es fácil, estoy lejos del ruido, pero no pierdo las esperanzas de poder dirigir. Hablo seguido con Sergio Santín. Yo jugué muchos años con él en Colombia, y quizás se abra una puerta. Tengo una linda relación.

- ¿Cambió mucho el fútbol en estos últimos 40 años?

- Pufff... un montón. Cambio mucho. Hay menos espacios, más intensidad, mucho apuro, mucha vorágine, no hay un pienso, un estratega, alguien que ponga una pausa, y por eso falta, también, jugadores con buena técnica y precisión. Hoy los procesos para debutar en Primera División son más cortos. Se apura a los juveniles. Llegan antes de tiempo. Antes, pasabas por todas las divisionales sin saltearte ninguna.

- ¿Qué te dejó el fútbol?

- Amigos. Empecé en Danubio, ahí hice todas las formativas, pero después de ganar el Sudamericano Juvenil, y al regreso del Mundial de Japón del ‘79, me transfirieron a Colombia. Llegué a Junior de Barranquilla, después pasé al Cúcuta, donde jugué dos años, fui goleador y me nombraron el mejor extranjero. Me compró el pase el Atlético Nacional de Medellin, y ahí tuve buenas temporadas. Hice 85 goles, me dirigía el “Zurdo” López y atajaba Lorenzo Carrabs. Después pasé a Unión Magdalena, donde jugaba el “Pibe” Valderrama… ¡un fenómeno!

- ¿Le prestaban la pelota a los demás?

- (Se ríe) Si... claro... se la prestábamos a todos, pero nos divertíamos jugando al fútbol. Y disfruté de esos años en Santa Marta, la pasé muy bien.

- ¿Cuándo llegás a Peñarol?

- Uhhh... mucho después. De Colombia me fui al Olimpia de Paraguay, en el ‘84, lo dirigía Sergio Markarian y un año más tarde, fui a Peñarol. En el ‘85, con Roque Máspoli como entrenador. Y me quedé. Con el Peñarol del ‘87 ganamos todo. Fue una etapa bárbara, inolvidable, eran mayoría de jóvenes en el plantel, y con Tabárez y el ‘profe’ Herrera se hizo un grupo sensacional.

- ¿Cuando ves a la selección, encontrás alguna similitud con aquel Peñarol?

- Pocas. Hay un estilo, se nota la mano de Tabárez, pero me parece que se depende mucho de Suárez y de Cavani. No hay un generador. En Peñarol, estaba “Dito” Da Silva y yo también manejaba bien la pelota. La selección no tiene sorpresa, depende mucho de sus individualidades. Peñarol era un equipo.

JOSÉ MASTANDREA

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