Edison Cavani y Luis Suárez, la dupla matadora de Uruguay, condujo a la Celeste a la goleada sobre Paraguay.

Ganó Uruguay. Bien. Con la autoridad que, en la mayoría de los casos, dan las goleadas, sobre todo cuando se construyen encima de cimientos que para el ganador son habituales y no fortuitos o circunstanciales; y más aún si, como pasó anoche ante Paraguay, el vencedor sacó una ventaja de tres goles en los 45’ iniciales.

Es que lo de los celestes, fue lógica pura, al fin y al cabo, tratándose de un equipo que en lo va de las Eliminatorias se impuso -con contundencia- en los cuatro partidos que jugó de locatario.

Uruguay fue...Uruguay. No el de Mendoza, claro, porque la semana pasada el rival era Argentina, y no Paraguay, que además dio ventajas en la faz defensivas -por arriba y por abajo- que son impropias de un cuadro paraguayo; y, a su vez, porque los celestes no eran visitantes, una condición que habitualmente se paga con la cesión de algunos metros de cancha.

Uruguay fue...Uruguay, el del Centenario. El que se para más adelante, sobre todo en lo que respecta a la retaguardia y a los volantes, y así asume un rol más protagónico, aunque Cavani baje casi a volantear -en este caso por izquierda- como lo ha hecho en el 90% de las veces que jugó desde que “explotó” en el Mundial 2010 contra Sudáfrica, y tanto de local como de visitante, en el cumplimiento de un trabajo que es cuestionado cuando Uruguay cae derrotado.

Con ese matiz posicional de orden colectivo, entonces, lógico porque no es lo mismo jugar “afuera” que en casa, ni tampoco hacerlo ante los argentinos que frente a los paraguayos, Uruguay recuperó la pelota más arriba y, sin que el “nuevo” funcionamiento diera para que alguien se haga la película de que las gestiones individuales de Ramírez y/o el “Cebolla” fueron claves, el equipo gatilló sus mejores y ya reconocidas armas:

1) La potencia de Suárez, que resultó desquilibrante y gestó el penal que él mismo convirtió y las jugadas previas a los dos goles de Cavani, una por cada flanco del ataque, lo que habla de versatilidad ofensiva y dinámica;

2) La propia contundencia arrasadora de Cavani, para anticipar y ganalarle a la zaga rival por arriba y por abajo; y:

3) El circuito atacante armado con precisión sobre la derecha por Corujo, Sánchez, Suárez, y a veces Cavani, algo que el “Pato” había generado con “Maxi” Pereira en la Copa América del año pasado.

Así, con esa estrategia y esa actitud, que -entre otras cosas- permitió que Corujo abriera el camino del triunfo con una pelota que “robó”, tras la cesión a Suárez y una corrida, un forcejeo y un pase del “Pistolero” al medio del área, Cavani mandó a guardar, Uruguay ganó por goleada.
Al fin y al cabo, el mismo Uruguay de siempre. O casi; porque es ingenuo pensar que da igual jugar de local que de visitante, o con Argentina que ante Paraguay. Por eso, haciéndolo como en Mendoza, ganó en Bolivia, empató en Brasil, y perdió apenas en la altura de Quito y “de rebote” con Argentina; y haciéndolo como anoche, venció a Perú, Chile, Colombia y Paraguay, sin que le metieran un gol, en el Centenario, lo que le vale ser el único líder de las Eliminatorias con un argumento básico: es una visita molesta, dificil, y no le da la derecha a nadie como dueño de casa.

URUGUAY 4-0 PARAGUAY

Estadio:

Centenario
Árbitro: Wilton Pereira Sampaio. Asistentes: Clever Lúcio Gil y Bruno Boschilia (terna de Brasil).

Uruguay: F. Muslera, J. Fucile, J. M. Giménez, D. Godín, G. Silva, G. Ramírez (85' A. Pereira), E. Arévalo Ríos, M. Corujo, C. Rodríguez, E. Cavani (71' C. Stuani) y L. Suárez (75' A. Hernández).

DT: Óscar Tabárez.

Paraguay: D. Barreto, J. Moreira, P. Da Silva, P. Aguilar, S. Candia, V. Ayala (55' M. Almirón), N. Ortigoza (64' M. Riveros), C. Riveros, O. Romero, Á. Romero y D. Lezcano (46' F. Santander).

DT: Francisco Arce.

Goles: 17' Cavani (U), 42' C. Rodríguez (U), 45' Suárez (U) de penal y 54' Cavani (U)

Amarilla: Giménez y Ramírez (U). Aguilar (P)

ELIMINATORIASJORGE SAVIA