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Gurises con sello europeo

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Uruguay SUb 20

Una tendencia que aumenta: una cuarta parte de la selecciónsub 20 ya juega en el Viejo Continente.

Cinco de los 21 jugadores del plantel que defenderán a Uruguay en el Campeonato del Mundo sub 20 son futbolistas que militan en el exterior. Con situaciones diferentes, claro está, pero con la chapa que les da participar en las ligas más importantes del mundo de la pelota.

En los casos de Ramiro Guerra y Diego Poyet, ambos fueron formados afuera. Los futbolistas de Villarreal y West Ham (con pasaje anterior por el Charlton y el Huddersfield Town), iniciaron sus carreras en España e Inglaterra, respectivamente. Las vidas profesionales de sus padres hicieron que estos dos chiquilines se criaran en el exterior y que, además, hayan tenido la posibilidad de defender a esas selecciones. Sin embargo, el corazón pudo más y se inclinaron por la Celeste. Diferentes son los casos de Kevin Méndez, Guillermo Cotugno y Franco Acosta, tres gurises formados en Uruguay y que desde temprana edad se desempeñan en el fútbol europeo. El primero, sin haber debutado en la Primera División de Peñarol, se marchó a fines de 2014 a la Roma de Italia, equipo que el último semestre lo cedió a Préstamo al Perugia de la Segunda División, con el objetivo de que sume minutos para foguearse con el ritmo europeo. Los otros dos, fueron transferidos durante y después del Sudamericano. El segundo, campeón uruguayo con Danubio, se marchó al Rubin Kazan de Rusia y el tercero, titular en la Primera de Fénix, al Villarreal.

En el Sudamericano, hace apenas cuatro meses, Fabián Coito solo contaba con un jugador del fútbol europeo: Guerra. Méndez y Poyet no participaron del mismo y Cotugno y Acosta aún no habían sido negociados. Diego Fagúndez era el otro que había llegado desde el exterior (del New England Revolution de la MLS), pero ninguno de estos dos era titular indiscutido.

Hoy, la situación es totalmente diferente. El plantel se "reforzó" con nombres que prometen tener fuerte protagonismo y dos de sus pilares que, ahora, vienen con rodaje europeo.

En la edición de Ovación del miércoles, el propio entrenador fue consultado por la fuerte presencia de repatriados y reconoció: "Pienso que sí, este plantel tiene un salto de calidad respecto al que jugó el Sudamericano. También lo hay en los que no han ido a Europa todavía. En este tiempo, estos muchachos se han consolidado y ganaron confianza. Están mucho más seguros de ellos mismos y eso en definitiva enriquece a todo el plantel".

Hoy son cinco los chiquilines que desarrollan sus carreras fuera de Uruguay y todo hace indicar que después del Mundial, serán más. Según pudo saber Ovación, será muy difícil que Mauro Arambarri y Jaime Báez continúen en el fútbol local una vez finalizado el campeonato en Nueva Zelanda. Otros casos, como los de Gastón Pereiro y Rodrigo Amaral, también corren por la misma vía. Los futbolistas tricolores son seguidos con principal atención por equipos del extranjero y podrían abrir una puerta para sus salidas.

Esta es una tendencia que viene creciendo en Uruguay y lógicamente, en el resto de las selecciones de Sudamérica. Si se repasan las últimas cinco participaciones de la Celeste en esta categoría, podemos observar cómo ha ido aumentando la cantidad de repatriados. Luego del Campeonato del Mundo de 1997, donde la Celeste fue a Malasia con todos futbolistas del medio local, siempre hubo jugadores que vinieron de afuera: uno en 1999, tres en 2007, cuatro en 2009, cinco en 2011 y cuatro más en 2013.

En esta edición, los repatriados serán cinco, pero, en poco más de un mes, serán muchos los que armarán las valijas y la cifra aumentará. Si Uruguay redondea una buena actuación, sumado al desempeño en sus clubes, ni que hablar que en el corto plazo, irá ocurriendo lo mismo con la mayoría de ellos.

Es una tendencia que aumenta: los gurises se forman afuera.

Los chiquilines llegan con el pasaporte sellado.

Uruguay jugará el Campeonato del Mundo de la categoría por quinta vez consecutiva. En las últimas cuatro ediciones siempre presentó futbolistas del exterior. En Canadá 2007 fueron tres y justamente los tres delanteros titulares: Luis Suárez (Groningen), Edinson Cavani (Palermo) y Juan Surraco (Udinese). Dos años más tarde, en Egipto, Diego Aguirre convocó a Adrián Gunino (Boca Juniors), Leandro Cabrera (Atlético Madrid), Abel Hernández (Palermo) y Jonathan Urretaviscaya (Benfica). Esto sin contar el caso de Tabaré Viudez, que llegaba libre del Milan. Para Colombia 2011 la cifra aumentó a cinco: Leandro Cabrera (Recreativo Huelva), Diego Polenta (Genoa), Adrián Luna (Deportivo La Coruña), Federico Rodríguez (Bologna) y Pablo Cepellini (Cagliari). Ya en 2013, en el último Mundial donde Uruguay fue vicecampeón, fueron cuatro: Gianni Rodríguez (Benfica), Diego Rolan (Bordeaux), Nicolás López (Roma) y Ruben Bentancourt (PSV).

Forlán abrió el camino para los repatriados.

En el siglo pasado era casi imposible para las selecciones de América del Sur contar con futbolistas de 18 o 19 años en equipos del exterior. Sin embargo, en el Campeonato del Mundo de 1999 organizado en Nigeria, Uruguay dio la nota. Víctor Púa, en su plantel de 18 jugadores, llevó a un tal Diego Forlán que por ese entonces daba sus primeros pasos en Independiente de Avellaneda. El resto de los futbolistas era del medio local. Esa generación logró el cuarto puesto y poco tiempo después, la mayoría de ellos consiguieron una transferencia: Fabián Carini, Gonzalo Sorondo, Omar Pouso, Diego "Ruso" Pérez, Javier Chevantón, Martín Ligüera, Damián Macaluso y Fabián Canobbio, entre los casos más resonantes. Dos años antes, cuando Uruguay fue vicecampeón en Malasia, el plantel estuvo conformado de manera íntegra por jugadores del medio local que tras ese torneo dieron el salto a Europa: Gustavo Munúa, Marcelo Zalayeta, Nicolás Olivera, Alejandro Lembo y Mario Regueiro, por citar algunos ejemplos.

Subida - G. Cotugno.

Es uno de los pilares que tiene este equipo de Fabián Coito. Habitualmente juega como lateral derecho, pero puede pasar a desempeñarse como zaguero. Se formó en Danubio, fue campeón uruguayo en la temporada 2013/2014 y tras el Sudamericano, lo transfirieron al fútbol ruso.

Marca - R. Guerra.

Se desempeña como volante central en el Villarreal B, lo que vendría a ser la Tercera División del “Submarino Amarillo”. Desde que tiene un año y medio vive en España junto a su familia, ya que su padre jugó al fútbol sala en dicho país. Durante 2012 y 2013 fue convocado a la selección española. Sin embargo, prefirió renunciar para esperar su chance con la Celeste. Estuvo en el Sudamericano pese a dar ventaja de edad.

Juego - D. Poyet.

Jugador del West Ham de Inglaterra. Renunció a la selección de aquel país a la espera de un llamado de la Celeste. Fabián Coito quiso contar con él para el Sudamericano, pero su club no lo cedió. Ahora tendrá su oportunidad. “Es un futbolista de mucha experiencia y que nos da la variante de pasar a jugar con tres mediocampistas”, explicó el entrenador.

Crack - K. Méndez

Llegó a Peñarol a los 13 años y en 2013 fue ascendido a Primera, aunque no pudo debutar oficialmente. En 2015, pasó a la Roma por cuatro temporadas. Hoy está a préstamo en el Perugia.

Picante - F. Acosta.

Delantero surgido de las inferiores de Fénix. Durante el Sudamericano recibió la noticia que había sido transferido al Villarreal. El último semestre jugó en el equipo “B” del “Submarino Amarillo”. Es un símbolo de este proceso de selecciones. Se perdió el Sudamericano sub 15 por lesión, pero fue al del sub 17 y luego al Mundial. Ahora va por el de la sub 20.

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