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Uruguay molesta al zapato de Brasil

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Óscar Tabarez
Archivo El Pais

Los celestes juegan frente a los norteños con las ganas de siempre y Luis Suárez como estandarte.

JOSÉ MASTANDREA - RECIFE - OVACIÓN EN BRASIL

Todavía lo recuerdo. Está fresco en mi memoria. Hace casi tres años, Uruguay jugaba con Brasil en Belo Horizonte. Los dos venían bien, y jugaban una semifinal de la Copa Confederaciones. El Mineirao, ya remozado para esperar el Campeonato del Mundo de 2014, recibía repleto a los locales. Clima de euforia, y de fiesta, claro. Tribunas colmadas para ver a Brasil y a su verdugo histórico: Uruguay.

El partido empezaba notable para los celestes. Forlán tuvo un penal, pero Julio César adivinó el palo y contuvo el disparo del 10 uruguayo. Fue el primer minuto de silencio en el Mineirao. Un minuto largo, en donde se acallaron las cuatro tribunas esperando el resultado de ese disparo desde los 12 pasos. Era un anuncio. Una muestra de lo que podía suceder. Sin embargo, el viento cambió. Los dueños de casa crecieron, y casi al término del primer tiempo, Fred anotó el 1 a 0. Las tribunas parecieron derrumbarse de tantos gritos y festejos. Fue un desahogo.

Pero Uruguay, el viejo y querido Uruguay, tenía preparado otro momento de angustia. Llegó al inicio del complemento, con un gol de Cavani. Recién había empezado el segundo tiempo y la Celeste, volvía a lograr lo impensado: que casi 50 mil personas enmudecieran en sesenta segundos. Desde que la pelota salió del pie de Cavani hasta que superó la estirada de Julio César y se coló junto al segundo palo.

Cambió el viento, pero a favor de Uruguay, que jugó muy bien, que tuvo personalidad, que aguantó a pie firme los embates del local, y que recién cayó a falta de cuatro minutos, con un cabezazo de Paulinho y una distracción defensiva. Otra vez la locura y la euforia, pero el temblor ya recorría el Mineirao.

Y algo muy parecido sucedió en la Copa del Mundo 2014. "Los fantasmas se divierten", tituló Folha de Sao Paulo en su portada y mostraba el festejo de Godín de cara a la tribuna donde se apostaban los hinchas uruguayos en el partido contra Italia. Era el triunfo, el 1 a 0 que dejaba a la Celeste con vida en el Mundial y en su camino, un poco más lejos, asomaba Brasil.

El duelo no se dio. Pero se palpitó en todos los medios, y cuando Colombia eliminó a Uruguay todo Brasil lo festejó como si fuera un triunfo propio. No era para menos, zafaban de su verdugo, de la selección que siempre, juegue donde se juegue, le complica la vida.

Mañana se verán las caras nuevamente. Brasil será local en el Arena Pernambuco. Cambió mucho con Dunga, y trajo nuevos bríos, otros futbolistas, no tan emparentados con aquella noche catastrófica ante Alemania con goleada 7 a 1. Fue algo así como borrón y cuenta nueva, el mismo borrón y cuenta nueva que hará Tabárez, que como nadie sabe separar las cartas. Esta también es otra selección. Una Celeste renovada, y más allá de las bajas y las lesiones, aparecerán varias caras nuevas.

Pero todos saben lo que significa jugar en Brasil y contra Brasil. También lo saben los locales. Uruguay es una piedra en el zapato, complica, molesta, y le hace frente como ninguna otra selección.

Además, por si todo fuera poco, se dará el regreso de Luis Suárez. Y del otro lado estará Neymar. Duelo y pico por donde se lo mire.

Recife, o mejor dicho el Arena Pernambuco, será testigo de ese choque histórico de dos enseñas emparentadas con la gloria. No va a ser un partido más, tampoco un partido cualquiera. Brasil y Uruguay atraparán al mundo durante 90 minutos. Y ojalá se dé lo que uno sueña… que ese puñado de hinchas celestes queden roncos gritando: "Un minuto de silenciooooo...".

LAS CALVES.

1 - Defensa.

Brasil no es un equipo que se caracterice por tener una buena defensa. Habrá que explotar las debilidades de David Luiz y las espaldas de los laterales que suben mucho. Uruguay deberá suplir las ausencias de toda su línea de fondo titular

2 - Marca.

Tanto Brasil, al menos éste de Dunga, como Uruguay, son equipos combativos en el mediocampo. Tienen jugadores de buen pie, pero también de mucha marca y destrucción. Por eso, el que gane la batalla de esa zona, dará un paso importante.

3 - Ataque.

Luis Suárez y Edinson Cavani por un lado y Neymar por otro. Tres delanteros letales, que llegan en plenitud de sus rendimientos y que estarán bajo la mira de absolutamente todos. Son tres atacantes que tienen gol y llevan el arco entre ceja y ceja.

Dos están al límite.

Si “Palito” o Rolan reciben una amarilla, quedarán suspendidos para el partido con Perú.

Podrían debutar.

Varela, Polenta, Laxalt y Vecino podrían tener sus primeros minutos jugando en la selección mayor.

“Maxi”, todo un líder.

Aunque está suspendido, el “Mono” Maximiliano Pereira viajó igual a Recife para estar con el resto del grupo.

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Óscar Tabarez

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