Manchester United demostró que ya sólo tiene en mente la final de la Europa League que lo enfrentará el próximo 24 de mayo con el Ajax en Estocolmo. Ayer se puso al día en Premier League con su visita al campo del Southampton y debió conformarse con empate sin goles.

Fuera de la lucha por los puestos de acceso a la Champions y con la presencia en la Europa League ya asegurada, el conjunto de José Mourinho afrontó su visita al estadio de St. Mary como una mera prueba con vistas a la final.

Tal y como no tardó en comprobarse a los cinco minutos, cuando el marfileño Eric Bailly tocó con la mano un balón en el área, que el juez no dudó en señalar como penal.

Un error que se encargó de enmendar Sergio Romero, el arquero titular en la Europa League y al que Mourinho dio minutos ayer en la Premier para ir preparando la final, al detener la pena máxima lanzada por Manolo Gabbiadini.

No fue la única intervención de mérito del argentino, que evitó en varias ocasiones el gol de un Southampton que, por su falta de acierto, a punto estuvo de verse castigado con la derrota.

Pero el palo lo salvó ya que evitó que el disparo desde fuera del área del francés Anthony Martial se convirtiera a los 71 minutos en el gol de la victoria de un Manchester, que como demostró ayer, tiene la cabeza puesta en su gran objetivo de la temporada: la final de la UEFA Europa League.

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