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El único proceso es ganar

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En Peñarol, muchos dirigentes hablan de proceso. Que la continuidad de Jorge Da Silva en el cargo es necesaria para continuar con un plan de trabajo. Pero no es así.

Se podría hablar de proceso, por ejemplo, si el "Polilla" tuviese un contrato a largo plazo, y no hasta diciembre de este año. Se podría decir que Peñarol está sumergido en un proceso si mantuviese al cuerpo técnico y también a gran parte de su plantel principal, pero no es así.

Y todos sabemos que hablar de procesos en un equipo grande no cuadra. Es prácticamente imposible sostenerlo, y menos, en tiempos de derrotas.

Hoy hay cada vez menos tolerancia. No sólo en los clubes grandes, donde la presión es enorme, también la hay en los clubes chicos, y eso muestra a las claras que para hablar de proceso o de procesos, hay que tener la mente fría y el corazón caliente. Pruebas al canto: Carrasco en River.

El único proceso futbolístico que sigue en pie es el de Wanderers. La dirigencia de los bohemios mantuvo, al menos, un perfil de entrenador a lo largo del tiempo, y eso se ve reflejado en la cancha.

Pero nadie en Peñarol puede hablar de proceso. El último sustentable tuvo nombre y apellido: Gregorio Pérez. ¡Y no gustaba!

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