El entrenador tricolor estudió a Rosario Central, lo minimizó y Nacional acarició la victoria.

Nacional no era favorito en Rosario y estaba lejos de serlo. Pero no por el momento tricolor, sino por el del local. El equipo de Eduardo Coudet acaparó todas las miradas, pero en los 90’, se vio sorprendido por el planteo de Gustavo Munúa.

Es que el entrenador tricolor junto a sus colaboradores se encargaron de estudiar bien a Rosario Central para minimizar el juego "canalla" y sobre todo, ver dónde podía explotar las virtudes del equipo albo. Y lo logró.

Nacional, fiel a su historia, salió a hacer un planteo inteligente, sabiendo de las limitaciones que le podía imponer Central en un partido que marcaba el debut de ambos en la Copa.

En la primera parte, el orden táctico tricolor fue tan grande como clave. Munúa no pobló la mitad de la cancha con volantes de marca para cerrar espacios y eso le permitió tener un buen desdoble en ofensiva.

En esa zona, Nicolás López y Sebastián Fernández tuvieron un papel más que importante. A velocidad pura, los dos complicaron y mucho a la zaga rosarina que por momentos, sobre todo en el inicio del complemento, no mostró ninguna seguridad.

Los albos aprovecharon el segundo tiempo para irse con todo arriba, generaron peligro y convirtieron el 1-0. Luego, tuvieron una inmejorable oportunidad para sentenciar el partido y Sebastián Sosa se lo impidió al "Diente" López, cerca del final.

Nacional sorprendió a Central, supo cómo jugarle y lastimarlo, lo logró y estuvo a escasos minutos de volverse con un triunfo del Gigante de Arroyito. Pero.... estaba Wilmar Roldán.

Gustavo Munúa mandó a la cancha a un equipo que jugó con un 4-4-1-1, con Nicolás López por detrás de Sebastián Fernández y eso le dio un gran resultado.

Nacional fue un equipo solidario y compacto en todas sus líneas, sobre todo en el primer tiempo, cuando no dejó que Rosario Central le generara peligro en el área.

El tricolor se paró muy bien en la cancha, con dos líneas de cuatro que no se distanciaron para impedir el intenso juego del equipo canalla que no le pudo entrar.

Nicolás López y Sebastián Fernández fueron letales en el ataque de Nacional. El "Diente" arrancó unos metros desde atrás y complicó bastante a la zaga rival.

Estando 1-0 arriba, el tricolor tuvo en los pies del "Diente" López el segundo gol, pero el delantero, jugado al mano a mano con Sosa, remató y el golero le ahogó el grito de gol.

NACIONALENRIQUE ARRILLAGA