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River sufrió ante Gimnasia y lo ganó en el último suspiro

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El "Millonario" ganaba 2-0, gracias a un par de errores del arquero Navarro, pero el local remontó en la segunda mitad y Mora le dio la victoria a dos minutos del final.

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Sudó demasiado porque reaparecían los fantasmas, pero River salió adelante y cerró una semana perfecta, tras la conquista de la Supercopa Euroamericana, ante Sevilla (1-0), el jueves pasado. No podía permitirse un error ante Gimnasia, mucho menos después de haber estado dos goles arriba. Pero sufrió hasta que Mora aprovechó un rebote en Barsottini. Faltaban dos minutos para el final. Sólo entonces se liberó el suspiro millonario.

Mora, goleador de River, con cinco conquistas, es el jugador más desequilibrante de los últimos partidos. También ayuda a sus compañeros: corre, marca y saca al equipo de sus vaivenes. Pero también apareció el otro goleador y no fue menos significativo.

Aquel mano a mano desperdiciado -acertó Navarro- antes de la apertura no decepcionó a Cavenaghi. El artillero se guió de su instinto y aprovechó una floja reacción del arquero de Gimnasia, que dejó un rebote corto para la aparición del N° 9. Fue un desahogo para él y, a la distancia, para la gente de River, que esperaba la reacción del ídolo. Todo iba bien.

El desarrollo pareció encarrilarse para el lado del club de Núñez cuando Solari empalmó la pelota después de otro manotazo débil de Navarro. River marcada una clara distancia casi sin darse cuenta, cuando el desarrollo era mucho más parejo de lo que mostraba el resultado. Con dos goles en apenas cuatro minutos, sin duda, fue su exclusivo mérito.

Claro que antes los millonarios no la pasaron nada bien. Ni tres minutos habían transcurrido cuando Ignacio Fernández descubrió la fragilidad defensiva de los visitantes. Sólo que definió desviado en el mano a mano con Chiarini. Fue un mensaje directo de que el Lobo bien podría arreglárselas para encontrar los espacios libres. La situación fue mucho más evidente después de un centro desde la derecha y de la media vuelta de Vegetti: Chiarini se lució por sus reflejos. La cara de Gallardo, a un costado, lo dijo todo: bronca e incredulidad.

Gimnasia volvió a sentirse vivo con el cabezazo de Coronel, un ex-River que acortó la diferencia y que le devolvió la fe al Lobo, que a partir de entonces comandó las acciones. Otra vez las dudas y los temores se pararon en el campo de River.

Cavenaghi salió reemplazado a los 21 minutos del segundo tiempo, cuando entró Pity Martínez. Antes, Kranevitter había entrado por Pisculichi. Fueron dos claras señales de que River buscaba quite y tenencia de la pelota. Pero algo andaba mal. Y el pálpito se confirmó con el tiro libre de Ignacio Fernández: Chiarini se tiró algo tarde y Gimnasia consiguió el empate por el empuje y por la constancia.

Mora le tendió la mano a River cuando parecía que otra vez se escapaba un partido en el que estaba en ventaja (le pasó con Quilmes, Unión y dos veces con Juan Aurich). El campo esta abierto. También el torneo local.

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