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"Quedé preocupado porque pude generar algo"

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Héctor Martínez quiso evitar mayores reacciones de los violetas

CAMPEONATO URUGUAYO

Héctor Martínez aseguró que quiso proteger a Esteban Ostojich y que nunca fue a buscar un enfrentamiento con los integrantes del plantel de Defensor Sporting; además resaltó que Alejandro Acevedo es "un loco divino fuera de la cancha" pero que adentro "sufre una transformación".

"Me costó dormir. Lo que sentí fue preocupación. En la cancha levanté las manos porque no lo toqué (a Alejandro Acevedo), pero después me preguntaba si lo había hecho.  Me entró la duda y me quedé preocupado porque yo podría haber generado algo". Héctor Martínez, el cuarto árbitro del partido final por la Tabla Anual entre Peñarol y Defensor Sporting, confesó que la noche se le hizo bastante larga tras el incidente del final del cotejo con el integrante del cuerpo técncio de los violetas.

Martínez destacó que la cuarteta arbitral demoró en retirarse del Estadio Centenario porque en principio se quedaron "charlando un poco con un integrante del colegio de árbitros, analizando algún tipo de jugada que se dio en el partido".

Además, contó que después bajaron "las revoluciones, dialogando sobre el partido entre todos los compañeros, viendo los aciertos y los errores, haciendo una autocrítica".

A la hora de describir lo que ocurrió en el minuto 92, en diálogo con 100% Deporte (Sport 890), Martínez narró: "lo primero que intento es que los jugadores de Peñarol regresaran rápidamente al campo. Quería hacer mi trabajo y veo que se da un incidente en la mitad de la cancha, entonces vuelvo rápidamente al banco".

El árbitro agregó que en ese instante se producen las expulsiones de Ayrton Cougo, Claudio Rivero y Alejandro Acevedo. "Cuando Esteban (Ostojich) le va a sacar la roja al "Polaco" (Rivero), Eduardo y Alejandro van a protestar, por eso trato de ponerme en el medio para proteger a mi compañero. Alejandro viene a buscarlo a Esteban y me pongo en el medio, tomando un riesgo y creo que tengo que tener autocrítica de esa actitud, que es algo que lo he charlado con Darío Ubriaco, porque siempre hay que intentar evitar el contacto físico; lo que pasa es que difícil en esa instancia. Yo trataba de interceder para que no hubiera un problema mayor y procuré frenarme, no fui a buscarlo".

En el repaso de los hechos, Martínez hizo especial hincapié en el hecho de sostener "una buena relación con Alejandro, lo conozco de años y es un loco divino fuera de la cancha, pero adentro de la cancha en los partidos tiene una transformación. Y ojo, él es así ganando o perdiendo, es su forma de ser".

Al regreso a su casa, Martínez admitió que "tenía un dolor de brazo izquierdo, no sé si fue por el momento de tensión, pero quedé un poco preocupado".

En la cancha los nervios se incrementaron porque Alejandro Acevedo "quería bajar y no encontraba los lentes. Sentí preocupación. Levanté las manos, porque yo no lo toqué, pero me preguntaba si lo había tocado. Me entró la duda. Estaba seguro que no lo había hecho, pero me entró la duda. Me quedé preocupado, porque yo podría haber generado algo".

"Traté de explicarle a todos, incluido el profe (Alberto) Mena que es un caballero, un señor, que no se podía reanudar porque era un saque de salida. Le dije a Eduardo: 'tienen que estar los jugadores en su propio campo para poder reanudar' y el me insistía que en México habían dejado mover, pero terminaron entendiendo".

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