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Que sea ahora Luis y no en las que duelen

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La lesión de Suárez alarmó a todos. ¡Justo! a dos años de su operación de meniscos, y en el último partido de la temporada con el Barcelona, el goleador de la Celeste salió dolorido y terminó llorando.

Se fue de la cancha angustiado, consolado por Neymar y Messi. Esos minutos fueron eternos, para los tres millones de uruguayos, haciendo fuerza para que Suárez volviese a la cancha. Pero no. El delantero se fue en una pierna al banco de suplentes y allí se desmoronó. Se tapó el rostro con sus manos y lagrimeó. Después, cuando todo Barcelona festejaba una nueva conquista, se sumó al grupo, pero sin esa enorme sonrisa de felicidad a la que nos tiene acostumbrados. Habrá que ver qué dicen los exámenes. Pero pinta como para desgarro. Si lo perdemos en la Copa América Centenario, mala suerte. Yo lo quiero cien por ciento en la Eliminatoria. En las que duelen.

DESDE EL ARCO | JOSÉ MASTANDREA

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