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El primer ensayo fue positivo

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La seguridad privada fue la encargada de mantener el orden en las tribunas. Foto: Ariel Colmegna.

La seguridad privada logró mantener la paz en las tribunas pese a la tensión habitual entre las hinchadas.

La seguridad era uno de los aspectos a seguir en este clásico al ser el primero sin presencia policial en las tribunas del Estadio Centenario, siendo la seguridad privada de ambos clubes y de la AUF los encargados de mantener el orden público adentro del recinto. Los únicos policías que sí ingresaron al estadio fueron los encargados de proteger al árbitro en la cancha y al personal de recaudación.

Esta primera experiencia terminó en un éxito: no hubo que lamentar incidentes adentro del escenario. Los 9 detenidos por la Policía con los que terminó la noche del domingo fueron por problemas aislados y afuera de un Centenario que no se llenó (no se agotaron las entradas) y que tuvo varias zonas desocupadas, más allá de los pulmones de seguridad, algo en lo que el mal tiempo tuvo su parte de culpa.

Los momentos de mayor tensión se produjeron en el comienzo y en el final y fueron en el punto más caliente, donde las hinchadas están más próximas: en la esquina de la Olímpica con la Colombes.

Minutos antes del pitazo inicial, algunos hinchas tricolores del fondo comenzaron a provocar a los aurinegros que poblaban el lateral y a lanzar algunos objetos y bombas sobre sus contrarios.

Antes que la situación pasara a mayores, miembros de la seguridad privada del tricolor (ayudados incluso por algún hincha) contuvieron a los exaltados y volvió la calma, a la vez que sus pares aurinegros hacían lo mismo en su sector.

Todo el partido prosiguió con la tensión habitual de los clásicos, pero sin problema alguno, hasta que el gol en la hora de Novick puso a prueba de nuevo a los miembros de la seguridad privada: decenas de hinchas aurinegros corrieron por la Olímpica hacia la Colombes para festejar el empate ante sus contrincantes, que se prepararon para responder con lanzamientos.

Pero de nuevo la seguridad, desde ambos lados, pudo aplacar la tensión y el primer experimento de las tribunas sin policías terminó con éxito.

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La seguridad privada fue la encargada de mantener el orden en las tribunas. Foto: Ariel Colmegna.

CLÁSICOJORGE ALDEA

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