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Al fin llegó Ifrán

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Peñarol

Un estilo de delantero que a los aurinegros les hacía falta.

Se acabó el coqueteo", dijo Diego Ifrán —feliz, aliviado— al ser presentado como nuevo jugador de Peñarol en Los Aromos.

Cierto. Seguramente, "El bombardero de Cerro Chato", como le puso Raúl Tavani desde las páginas de Ovación, se refirió de esa forma a las negociaciones que, según su propio testimonio, culminaron el jueves de noche; pero el "flirt" entre los aurinegros y el atacante, viene de mucho más atrás: desde hace dos o tres períodos de pases, sino más, en los que Edgar Welker propuso e impulsó su contratación, sin que el entonces vicepresidente de Peñarol lograra su propósito.

"Acá te lo dejo", le dijo en 2004 Rogelio Álvarez, un amigo de Jorge Chijane que tiene campos en Cerro Chato a Álvaro, hermano del empresario, quien hoy es el presidente de Fénix y en aquel entonces era secretario de la directiva del club de Capurro.

"Lo recibí yo", recuerda Chijane, que enseguida completa la historia, contando que "el padre tenía un hotel en Cerro Chato, le compré sábanas, ropa…y se quedó a vivir en la sede; vino para Quinta (División), después jugó en Cuarta y en 2006 Pablo Repetto lo subió a Primera: estábamos en la B y salimos campeones".

Lo que siguió es más conocido; aunque tal vez ese hincha de Peñarol que sólo tiene ojos para los jugadores que defienden la camiseta de sus amores, no lo archivó muy bien en el disco duro de la memoria: Danubio, primero dirigido por Martín Lasarte y después por Sergio Markarian; Real Sociedad, a donde lo llevó el propio Lasarte, Deportivo La Coruña y Tenerife, en España, desde mediados de 2010 hasta ahora.

Por el camino quedaron goles, sobre todo en Danubio, donde en 2009 salió goleador del Torneo Apertura, un par de lesiones que no le permitieron tener más continuidad en Europa, y anécdotas, incluso, como la que protagonizó cuando era jugador de Fénix y el futuro le mostraba tres rutas delante suyo: Nacional, River Plate y Danubio.

"Cualquiera menos Danubio", cuentan que dijo el delantero en aquel momento, "porque tiene una hinchada difícil, exigente"; aunque como Jorge Chijane mantenía una muy buena relación con la dirigencia del club de la franja, terminó yendo derecho hacia la Curva de Maroñas.

Después, mientras jugaba en España, alguna vez se le vio en una foto celebrando uno de sus goles con un beso a una bandera de Peñarol que colgaba hacia la cancha desde las tribunas; y, en parte por eso, y también por sus características, empezó el "coqueteo" que Peñarol formalizó con un "sí, acepto" el jueves de noche.

Así, pues, llegó ayer Diego Ifrán a Los Aromos, donde fue presentado en forma oficial por Juan Ahunchain y Fernando Morena, en un acto que también fue acompañado por la presencia de los consejeros Andrés Sanguinetti, Marcelo Areco e Ignacio Ruglio.

Ahora bien, ¿qué trae Ifrán a Peñarol?, es posible que se pregunte ese hincha aurinegro que sólo tiene ojos para los jugadores que defienden la camiseta de sus amores y no lo archivó muy bien en el disco duro de la memoria; y la respuesta es muy concreta y puntual, para nada ampulosa: una especificidad de la que Peñarol adolece hace mucho, que es la de hacer goles.

Pueden ser más, pueden ser menos, no se trata de cifras, de números, sino de un estilo: Ifrán es de esos puntas que, sin poseer grandes recursos técnicos, pero no por eso ser elementales "pescadores", definen en el área rival, por su precisión, porque aparecen en donde va la pelota, porque la pelota los busca, o... por fortuna e, incluso, hasta de rebote.

Desde ese punto de vista, "el Bombaredero de Cerro Chato" vino a Peñarol para llenar un vacío, porque Juan Manuel Olivera es, sobre todo, un cabeceador; y Zalayeta un fino realizador, capaz de definir con exquisitez y de generar asistencias limpias y profundas, pero no un punta, sino más bien un mediapunta ajeno a la obligación de cargar sobre sus hombros la misión exclusiva de hacer goles, y menos aún por montones.

El perfil de Diego Ifrán es ese, y el proyecto ofensivo de Peñarol así lo intuye: abastecido por el fútbol largo y corto de Forlán y Zalayeta, jugando en doble punta junto con "Cachavacha", o arriba los tres juntos; bajo cualquiera de esas formas, es como dijo Pablo Sciarra: "La idea en Peñarol es que, ahora con los tres, trajeron 25 goles".

Benvenida, charla y trabajo.

Diego Ifrán fue presentado por dos gerentes aurinegros: Juan Ahuntchain, del área de fútbol, y Fernando Morena, de relaciones deportivas e institucionales; participó de la charla que dio el técnico y trabajó en el gimnasio.

Frascarelli es otro jugador.

Damián Frascarelli volvió a Peñarol, ahora con 30 años: "Cuando jugó en 2008, tenía 23, hoy es otro jugador", dijo Pablo Sciarra, integrante de la Comisión de Pases y Contrataciones del club. Ayer firmó contrato, hoy cumple con la revisión médica y se integrará al plantel.

"Ojalá pueda hacer lo mismo que este hombre"

"Esto es para que aprendas lo que es la historia del club", le dijo Fernando Morena a Diego Ifrán cuando le entregó la camiseta de Peñarol, a lo que el delantero respondió: "Muchas gracias, yo la viví bastante y la sé"; luego de lo cual agregó: "Ojalá pueda hacer lo mismo que hizo este hombre".

Ifrán se refirió a su llegada a los aurinegros explicando que esta vez "quedé libre, la decisión era mía y yo quería venir al club, así que cuando Pablo (Bengoechea) me llamó y estuvimos hablando, no lo dudé ni un segundo".

El jugador precisó, a su vez, que "siempre quise venir a Peñarol, pero no pude por diferentes circunstancias: una vez fue por la lesión y en la otra porque la Real (Sociedad) no me dejó".

"El bombardero de Cerro Chato" enfatizó, asimismo, que "jugué mucho en el último año y medio, después de la segunda operación de rodilla con la que me terminé de recuperar", tras lo cual asumió que "Peñarol es el equipo más grande del Uruguay y siempre debe salir campeón y tener la cabeza puesta en ganar todo".

EL COMPAÑERO.

"Es un suárez en chiquito"

"Es un jugador de fútbol, me parece que el compañero ideal para Zalayeta; él, cuando arrancó, empezó de puntero. Es un Suárez en chiquito, lo defino así, porque empezó jugando de puntero y aprendió a jugar de delantero. Es guapo y está en la edad ideal, joven, pero maduro: 28 años". (Ovidio Cabal, ex delegado de Fénix, el dirigente de trayectoria más larga en la AUF, y encargado de marketing)

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PeñarolJORGE SAVIA

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