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Nicolás Olivera: el Sr. gerente

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Nicolás Olivera en el Franzini, su casa. Foto: Ariel Colmegna

DEFENSOR SPORTING

Colgó los zapatos en diciembre pasado. Hace casi un año. No le costó porque lo había meditado mucho. Además, al poco tiempo le llegó la propuesta y se convirtió en el asesor deportivo institucional del club violeta.

Nicolás Olivera en el Franzini, su casa. Foto: Ariel Colmegna

Hoy, a los 39 años, está igualito, como para jugar. Eso le dijeron a Nicolás Olivera hace un mes cuando viajó a España para ser homenajeado por el Sevilla, donde jugó cinco años de su vida. Y se hubiera quedado más. La ciudad andaluza es su lugar en el mundo, después del Parque Rodó, claro.

“No sentí la necesidad de concentrar, de entrenar, de jugar. Era algo que había madurado. Fui involucrándome en otras cosas para que el dejar de ser futbolista no me pasara factura. Ayudaba a mi tío en la oficina, hice el curso de dirección deportiva. Hasta hoy estoy tranquilo y contento con la decisión que tomé”, cuenta Nico sentado en la tribuna del Franzini, su casa.

La propuesta violeta lo sorprendió. Al menos no la esperaba tan rápido. “Llegó enseguida. Yo estaba de vacaciones y me llamaron para ir con el presidente Jablonka al sorteo de la Sudamericana. Y ahí empezamos a conversar sobre la posibilidad de hacer algo en el club y le comenté más o menos lo que a mí me gustaba”, relató.

“Disfruto de estar en el club que es mi casa. Pero lo que más me gusta es hablar con los chicos, dos por tres me los llevo a comer. Estoy haciendo pequeñas cosas para ellos. También me gusta mucho planificar las cosas con Eduardo (Acevedo). Planificar es muy importante para no tener que tapar baches después. Saber que si se va un jugador, está el siguiente, que ya está pronto y va a ser tan bueno como el primero. Porque Defensor es un club que necesita vender para seguir creciendo como institución. Hay que darle lo mejor a los jóvenes para que se sientan bien en el club y luego darles la oportunidad como lo está haciendo Eduardo. Hacía tiempo que no veíamos a tantos jóvenes en Primera. Y eso significa que se está haciendo muy bien el trabajo de formativas, el trabajo del profesor Santos, que en paz descanse, está dando sus frutos”.

Especial

“Facundo Milán es una de las perlas del club al que yo sólo había conocido cuando aún jugaba y él estaba de alcanzapelotas. Y luego en formativas vi que era un jugador extraordinario. Y hablando con Fernando Fadeuille decidimos ir dándole roce para que se fuera adaptando. Me hizo acordar cuando yo jugaba en Cuarta, en Quinta y al otro día en Tercera. Jugaba casi al mismo tiempo en tres categorías. Y era por un tema de roce, de jugar con gente más grande y de ir madurando. Y cuando Facundo subió a Primera, estuvo como un mes trabajando con Eduardo, que enseguida le vio cosas. Y él fue pasando sus exámenes en los entrenamientos. Es un chico súper preparado y maduro, más allá de su edad. Por algo vimos al jugador que vimos frente a Plaza Colonia. Pero hay que seguir arropándolo, hablándole y estándole atrás continuamente. Acompañándolo en su crecimiento futbolístico y personal”, dijo sobre el autor de los goles ante Plaza.
Milán se crió en Jardines del Hipódromo, a dos cuadras de donde vive Gonzalo Carneiro. Sin embargo, no juegan en Danubio sino en Defensor. “Eso demuestra la importancia que tiene Defensor Sporting. Los jugadores saben dónde van a encontrar un ambiente sano, una estructura deportiva importante, con gente profesional y donde van a tener posibilidades de jugar. Es un combo de cosas que hace que muchos chicos quieran venir a probarse acá, continuamente están llamando chicos para venir al club y no todos quedan. El jugador de Defensor tiene que tener algo especial. No sólo sus condiciones para jugar al fútbol, sino su don de persona, su compañerismo, su liderazgo. Buscamos jugadores completos, a los que se les dan las mejores condiciones en formativas y se les paga cada día 10 en Primera División. Defensor es un club ejemplar a todo nivel”, enfatizó.

Fidelidad

A pesar de haber sido el Balón de Oro del Mundial Sub 20 de Malasia en 1997, no considera que eso haya sido lo mejor de su carrera. “Para mí lo mejor fue llegar a Defensor. Encontrarme en un lugar donde estaba muy a gusto. Aquí me sentí arropado, querido, protegido. Ver a jugadores, a los que admiraba y luego fueron mis compañeros. No sé lo que hubiera pasado si hubiera estado en otro lado. La vida me llevó a estar en esta institución, que para mí fue amor a primera vista. Todo lo que pasó después en mi carrera, fue por haber estado acá. Por algo, cada vez que me fui dije que iba a volver y lo hice. Nunca quise jugar en otro lado en Uruguay. Así lo sentí, pero también había dado mi palabra. Acá creí futbolisticamente y como persona. Aunque tampoco me quiero olvidar de La Rinconada, donde di mis primeros pasos en el fútbol”.

Tener que irse de Sevilla, donde jugó cinco años, fue lo más difícil de su carrera. “Yo quería continuar, me sentía muy a gusto. El equipo me quería renovar por cuatro años más, y yo por respetar a los que me representaban en aquel momento, me tuve que ir. Intenté ser respetuoso y leal con los que me habían llevado a España. Confié en ellos y me jugaron una mala pasada. Fue un dolor muy grande para mí y me costó superarlo. Pero luego, como pasa siempre, tuve revancha y pude seguir solo mi camino. Estuve en otros equipos en España y luego jugué siete años en México. Y después volví a Defensor para salir campeón y ser goleador y mejor jugador de la Libertadores, donde casi llegamos a las finales”, recordó.

"Tener que irme de Sevilla fue una tristeza muy grande. Me costó superarlo"

Nicolás Olivera y Mauro Arambarri. Foto: Archivo El País.
Nicolás OliveraExfutbolista

“Había hecho una gran unión con la hinchada de Sevilla. Allá son mucho del flamenco, pero un día sacaron una bandera rasta. Casi me muero. Estábamos calentando para un partido y empezó un murmullo en la tribuna. Desplegaron una bandera gigante roja, amarilla y verde con Bob Marley en los laterales. Fue increíble, porque yo les inculqué ese gusto por el reggae, festejando los goles”.

Era tal su cariño por Sevilla, que luego se fue a jugar a Córdoba, en Segunda División, solo para estar cerca. Es más seguía viviendo en su piso de Sevilla, el que aún conserva. Sigue vinculado al club andaluz y estuvo allí hace un mes donde fue homenajeado. Y admitió que no descarta volver algún día, quizás a cumplir otra función en un club que también lo marcó.

Es más, al regresar de España ha dejado un poco de lado el reggae y ha vuelto a escuchar flamenco, un ritmo que también le apasiona. “Me gustaba mucho cuando estaba allá. Y hoy me viene bastante melancolía. Añoro Navidades, años nuevos, cumpleaños que pasé allá. Cuando me tuve que ir lo hice muy triste. Y mis compañeros me decían que me fuera de una vez porque no querían llorar conmigo”.

Con Eduardo Acevedo
"Hacemos un buen trabajo juntos. Nos preocupamos de los jóvenes”
Nicolás Olivera y Eduardo Acevedo. Foto: Ariel Colmegna

"Con Eduardo (Acevedo), hacemos un buen trabajo juntos. Nos apoyamos mucho. Nos preocupamos de preparar a los jóvenes. Y como yo voy a ver jugar a las formativas todos los fines de semana, puedo decirle qué jugadores pueden estar preparados para tener una oportunidad en Primera. Y también estoy a diario con el primer equipo”, contó sobre su nueva tarea.

Sevilla
En Andalucía no lo olvidan y el mes pasado le hicieron una caricia al alma
Nicolás Olivera en Sevilla

Olivera viajó invitado por el presidente del Sevilla, Pepe Castro, y le hicieron un homenaje. Volvió al Sánchez Pijuán, y se reencontró con muchos amigos. Y se dio cuenta que le hinchada no lo olvida. Iba en el tren Ave de Madrid a Sevilla y la gente lo reconocía. Y lo mismo en las calles de la ciudad, donde la gente le recordaba sus buenos partidos. “Fue una caricia al alma”.

Con estilo
La Banda Marley nació por el gusto de Nico por el reggae y Bob Marley
La Banda Marley de Defensor Sporting

La banda Marley, como se conoce a la hinchada violeta que se ubica detrás del arco, surgió cuando él recién había llegado a Primera División. “Subí con 17 años, cuando me hizo debutar Ahuntchain y en ese momento ya se empezó a formar la Banda Marley. La gente me recuerda por mis goles, pero también por la música. Es algo muy lindo para mí”, contó Olivera.

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