Los favoritismos en la Copa Libertadores le juegan en contra a Nacional.

Después de lo expuesto en Buenos Aires hace una semana en el debut del equipo en la Copa Libertadores, cuesta creer cómo Nacional bajó tanto su rendimiento anoche, hecho que terminó provocando la derrota contra Zulia 1-0 en el Gran Parque Central.

El equipo se mostró apagado, hasta desatento y desconcentrado, sin la intensidad que requiere un partido de Libertadores, y que Nacional supo mostrar contra Lanús. Y lo pagó caro, porque realizó un primer tiempo para el olvido. Fueron los peores minutos del año y, como dijo el propio Lasarte, quizás fue de lo peor de esta nueva era del DT albo.

Zulia evidenció una vez más cómo a Nacional le cuesta este tipo de rivales, en los que los tricolores parten como claros candidatos en copas internacionales. Es que no sólo lo respaldaban los resultados, también el rendimiento mostrado en varios pasajes de los primeros cinco partidos del año, en los que ganó. Un equipo sólido, combativo, con las ideas sumamente claras.

El equipo de Maracaibo sacó a relucir viejos fantasmas de Nacional, como los que se crearon a partir de las derrotas contra Liga de Loja, Real Garcilaso u Olmedo.

Los dirigidos por Daniel Farías tenían muy estudiado a Nacional. No salieron a esperar, sino que jugaron su primer partido como visitante a nivel internacional como un equipo de experiencia: aprovechando los espacios, generando superoridad numérica en lugares clave del campo de juego, como en la zona de los volantes centrales, donde Porras y González se vieron desbordados. Claro, Zulia también contó con dos jugadores de muy buen pie, como Arango y Savarino, para concretar sus ideas en los hechos.

Nacional mejoró en el complemento, tuvo chances para empatarlo, pero Zulia bancó.

Los albos no lograron darle más valor a los puntos ganados en Buenos Aires, pero no debe perder de vista que no es más que una derrota.

JUAN PABLO ROMERO

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