Munúa sabe qué alineación le da mejores resultados y recurrió a ella para rescatar al menos un punto.

Cuando Juan Martín Mugica se hizo cargo de Nacional en 1980, campaña que terminó con la obtención de la Copa Libertadores y luego de la Intercontinental, fue muy claro con los futbolistas. Aún siendo muy joven tanto él como el profesor Esteban Gesto, se paró frente a ellos y les dijo: "Para mí hay titulares y suplentes". Y así puso sobre la mesa una verdad histórica del fútbol.

Tres décadas y media más tarde, sobre el mismo césped del Estadio Centenario en el que Nacional dio la vuelta olímpica como campeón de América, quedó ratificado ese concepto, que al menos en la institución tricolor funciona.

Esta es una diferencia marcada que tiene el albo con respecto a Peñarol. El aurinegro ha sido rescatado en casi todos los partidos por su banco de suplentes. Al técnico Jorge Da Silva le ha costado encontrar el equipo, pero Gustavo Munúa sabe muy bien cuál es su formación titular y sabe cuál es la oncena que le garantiza mejor rendimiento. Sin embargo, para este partido tuvo que dosificar energías luego del desgaste hecho el miércoles ante Corinthians y pensando en el juego del miércoles por la revancha ante los brasileños.

La primera consecuencia lógica de los cinco cambios que introdujo fue la falta de coordinación colectiva. No fue tanto en el fondo (aunque increíblemente el gol de Sud América llegó por una falta total de entendimiento entre Conde, Victorino y Espino contra un delantero rival), pero sí en la mitad del terreno y sobre todo en la ofensiva.

Erik Cabaco, Matías Cabrera, Ignacio González, Cristian Tabó y Léo Gamalho fueron los cinco que entraron desde el inicio. Ninguno de ellos aprovechó la oportunidad que les dio Munúa. Ratificaron lo del principio: hay titulares y suplentes.

Y los que más fallaron en este rubro fueron "Nacho" González y Cabrera, pues Nacional falló estrepitosamente en la creación hasta que llegaron los cambios y ambos salieron. Tabó mejoró algo sobre el final, cuando comenzó a ser mejor habilitado; Gamalho no salió a jugar el segundo tiempo luego de haber estado ausente en el primero, con el atenuante de haber sufrido el mismo mal que Tabó en esos primeros 45. Cabaco fue, quizá, el que mejor se adaptó, aunque sufrió bastante en la primera mitad cuando (carente de contención en el medio) Nacional propició varios mano a mano de los puntas rivales.

Munúa reaccionó a tiempo, puso a los titulares y rescató un punto.

NACIONALDANIEL ROSA