PEÑAROL

Recuperó el orden táctico que no tuvo en el Saroldi.

Así es. Regresó Walter Gargano y volvió todo a la normalidad. Casualidad o no, en el único partido que el aurinegro dejó puntos, el “Mota” no estuvo.

Peñarol tiene jugadores como para disimular ausencias, eso está claro. Ya lo demostró con los laterales e incluso en ataque cuando le faltó alguno de los argentinos. Sin embargo, el rol que ocupa el sanducero en este equipo parece ser fundamental. No brilla, es cierto, pero hace todo el trabajo sucio para que el elenco de Leonardo Ramos tenga ese equilibrio necesario que justamente no tenía antes de su llegada y que lo hizo tambalear en el primer semestre de la temporada.

Está en todos lados. Corre igual desde el primer minuto hasta el último. Quita la pelota y de inmediato se la pasa a un compañero. Esa misma entrega, hizo que rápidamente los fanáticos aurinegros lo posicionen como uno de los favoritos del equipo.

Si juega el “Mota”, Peñarol se asegura orden táctico y así también eleva el rendimiento del resto de sus compañeros. El “Cebolla” se puede abocar directamente a la creación y los que van por afuera, tanto los laterales como los volantes, pueden tener una salida mucho más limpia.