Ver los nombres de Federico Valverde y Mauricio Lemos en la lista de futbolistas reservados por el maestro Tabárez, habla -una vez más- que el proceso de selecciones no se detiene, y que no es “verso”.

Sobran ejemplos, pero como de tanto en tanto se critica este proceso que comenzó en 2006, vale la pena recordarlo. Se dice que la selección “es cerrada”, que es para “un grupo de amigos”, sin embargo, cuando llegan futbolistas como Carlos Sánchez o Mathías Corujo, esos que aseguran que todo está mal, callan.

Y ni siquiera reconocen que el maestro está abierto a cualquier futbolista. Hay un proceso que lo avala, y un seguimiento permanente de hombres que trabajan día tras día, como Celso Otero y Mario Rebollo, cumpliendo una tarea silenciosa. Lo mismo sucede con el ‘profe’ José Herrera, que se las ingenia para equilibrar un plantel disímil y heterogéneo.

DESDE EL ARCOJOSÉ MASTANDREA