Volvió a dirigir a Rampla Juniors, y le ganó un partidazo a Wanderers: “las ganas no se negocian”, dijo el técnico.

Quedé destruído... tengo la garganta a la miseria", dice Luis López, el "Ronco", con su particular tono de voz.

Es que todavía no logró recuperarse de lo que fue su regreso a la cancha como entrenador. Gritó más que nunca, y festejó los goles casi a la par de los jugadores. No era para menos. Rampla, después de cinco fechas, volvía a la victoria, y dejaba por el camino a Wanderers, un rival durísimo que dio pelea.

"No pudimos apuntar casi nada a lo táctico. Lo primero que había que hacer era apuntar a lo anímico. Fui claro y les dije a los jugadores: acá las ganas no se negocian, y la verdad, quedé súper agradecido, porque dejaron todo", asegura el "Ronco", que dejó sin voz a los cientos de hinchas "picapiedras" que se fueron del Olímpico felices.

"Pahhh... el partido fue bárbaro, electrizante, de ida y vuelta ¡y con siete goles!. Los dos propusimos, fuimos al frente, y salió flor de partido".

El "Ronco" se fue aplaudido por una hinchada que lo quiere y lo protege. "Siempre fue así, siempre tuve ese ida y vuelta con la gente, pero yo no voy a volver a dirigir. Ya se lo dije a Juan (Castillo) que voy a terminar el curso de gerencia deportiva que estoy haciendo porque quiero seguir siendo el gerente del club. Arreglamos por estos partidos, voy a seguir hasta que termine el Apertura y chau... regreso a mi puesto. Es más: esta semana o más tardar la otra, vamos a sentarnos a delinear el perfil de entrenador que queremos para Rampla. Yo no voy a ser, eso es seguro", recalca López.

"Ahora hay que pensar en el partido que viene. En tratar de sumar tres puntos. Hay que hacer la mayor cantidad de puntos posibles, y no importa que sea Nacional, no vamos a colgarnos del travesaño", dice.

JOSÉ MASTANDREA

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