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Lee Jobber, el gigante de Leicester

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Foto: Infobae.

En el estadio del Leicester, una tarde de abril: hace frío y cae la noche cuando hace su aparición en manga corta el imponente Lee Jobber, percusionista oficial y leyenda del equipo de fútbol inglés.

Con sus 150 tatuajes, su cabeza rapada y su talla XXL, Lee Jobber tiene un físico ideal para aterrorizar a los niños. "Algunos me toman por un 'hooligan'. No tienen ni idea", explica a la AFP, con su mirada bondadosa.

En Leicester, Lee es una leyenda. Durante la entrevista ante el estadio King Power, varios automovilistas tocan el claxon para saludar al hombre que martillea enérgicamente el bombo en las tribunas desde hace 13 años.

La increíble aventura del equipo de la ciudad, que acaricia el título de liga, ha propulsado a Jobber a la escena nacional e incluso internacional, despertando el interés de muchos medios extranjeros por su aspecto y su entrega total a la causa.

Lee Jobber es socio del club desde hace 32 años. Y tiene 36.
Trabaja de profesor en una escuela para niños con dificultades a los que ayuda a hacer los deberes y lleva de vez en cuando al campo a ver a los animales.

Nunca se pierde un partido en casa y fuera se ha perdido "quizás unos seis en 25 años". Toda su espalda está cubierta con un tatuaje del escudo del equipo. Otro tatuaje muestra a... Mary Poppins, con una bufanda del club en el cuello.

Si no podés ver el video, click aquí.

Aprender a sufrir

A Lee le cuesta entender lo que le está ocurriendo, a él y a su club.
"¿Cómo me siento? Yo qué sé. Nunca había vivido algo igual, no pude prepararme. Sé que es un sentimiento agradable, pero no tengo todavía una palabra para describirlo. Cuando la encuentre, llamaré a los del diccionario", afirmó.

Cuando se es hincha del Leicester, lo primero que se aprende es a sufrir. La pasada temporada, el equipo escapó por muy poco al descenso. Antes de esta temporada brillante, el mejor recuerdo de Lee como hincha era haber eliminado al Tottenham en tercera ronda de la Copa con un gol en el último minuto, en 2006.

"Ni siquiera esperaba volver a vivir un momento tan hermoso", dijo sobre aquel gol. Le bastaba una victoria ante los grandes de vez en cuando, que el equipo se mantuviera en la categoría. Pero ganar el campeonato.... "¡si ni siquiera creía que fuéramos a estar jamás entre los diez primeros!".
¿Cuáles son las razones del éxito? "La cohesión, la pasión y el orgullo, cosas que no se pueden comprar".

Su pasión nació cuando, de pequeño, iba religiosamente al viejo estadio de Filbert Street. "No me acuerdo ni de los partidos ni de los jugadores, recuerdo el sentimiento que me procuraba: la impresión de ser parte de algo".

En 2003, un responsable del club le pidió si podría tocar el bombo en los partidos. Aunque dudó, al final aceptó, "sólo por probar". Fue como una revelación: "empecé a golpear el bombo y me dije, ¡uau!. De repente tenía a todo el mundo pendiente de mí".

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Foto: Infobae.

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