Edinson Cavani fue el responsable del triunfo de PSG ante Bordeaux tras anotar los dos goles de su equipo, que ganó por 2-0. Uno de cabeza y otro de taco para el "Matador".

Cuestionado. Así estaba Edinson Cavani hasta los últimos partidos, donde se reencontró con el elixir del delantero: el gol.

A base de festejos, la confianza del salteño y de los hinchas aumentó partido a partido y eso quedó claro ayer en el encuentro en el que el Paris Saint-Germain venció al Bordeaux por 2 a 0 con tantos del atacante uruguayo.

El equipo parisino no venía con buen pie en la competición doméstica, ya que había caído en la fecha anterior y se encuentra en la tercera posición con 16 puntos y quedará a 4 del líder, siempre y cuando el Niza de Balotelli logre sumar de a tres en esta jornada.

El rival de turno era especial, principalmente para Cavani, ya que iba a enfrentar a su compatriota y compañero de selección, Diego Rolan. Es más, ambos eran las cartas de gol de sus respectivos equipos, por lo que su tarea sería clave para lograr el triunfo buscado.

Pero el mano a mano de delanteros charrúas lo ganó Edinson Cavani, ya que con sus dos goles no solo le permitió alcanzar los tres puntos a su equipo, sino que además se convirtió en el jugador del partido y se ganó los aplausos de los simpatizantes del Paris Saint-Germain, que colmaron el Parque de los Príncipes para ver a un Cavani que tuvo una jornada inspirada.

El equipo dirigido por Unai Emery alcanzó la tranquilidad en el comienzo del partido, ya que a los 2 minutos Cavani ya ponía la ventaja haciendo estallar de alegría a los hinchas parisinos.

El primer gol llegó por una de las vías más efectivas del “Matador”: de cabeza. Tras un centro de Ángel Di María, Cavani apareció en soledad, impactó el balón y lo colocó en el segundo palo, dejando sin reacción al golero del Girondins de Bordeaux, que atinó a despejar pero la pelota no hizo otra cosa que colarse en la valla.

Pero la faena goleadora del uruguayo no iba a quedar allí, ya que a los 30 minutos de la primera mitad apareció de nuevo, pero esta vez demostrando toda su clase, ya que luego de un centro raso de Layvin Kurzawa, definió sutilmente de taco para establecer el definitivo 2-0. El arquero no pudo hacer otra cosa que mirar cómo la pelota ingresaba y Cavani no hacía otra cosa que festejar otra vez, porque los goles aparecen y no solo los festeja el PSG.

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