Nacional logró el mejor refuerzo de todos: se quedó con Diego Polenta, un pase que estuvo en la picota durante las últimas semanas, y tenía en vilo a entrenadores, dirigentes e hinchas tricolores.
JOSÉ MASTANDREA
El capitán se aburrió de explicar que no quería irse, que ya lo había hablado incluso con su representante, pero si River llegaba a la cifra, Nacional no iba a tener más remedio que dejarlo ir. Polenta se mantuvo en su postura. Y no pensó en su futuro. Ni en el dinero que podría hacer en esa transferencia. En estos tiempos que corren en donde todo es plata, vale destacar y valorar su decisión. River terminó bajando los brazos y apuntó a otro lado. Se llevó al ecuatoriano Mina, figura de Independiente del Valle. Y Nacional logró su refuerzo más importante: al capitán.
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