El conjunto de Porto Alegre logró una sufrida victoria de 3-2 ante Emelec de Ecuador en su estadio y se colocó empatado a puntos con los "eléctricos" en la cabeza del Grupo 4 de la Copa Libertadores de América 2015.

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Aunque los locales se adelantaron con un tanto de Nilmar (10), primero Burbano (22) y luego Mena (45+1) demostraron por qué el Emelec llegaba invicto al Beira Rio.

Pero los tantos de Alex (59) y Rever (81) cuando el Internacional lo estaba pasando peor, le dieron una importante victoria a los brasileños.
El conjunto colorado comenzó muy concentrado el encuentro, consciente de que una victoria holgada en el Beira Rio le hubiera dejado muy cerca de la clasificación a octavos.

Y la recompensa no tardó en llegarle: tras un inteligente pase de D'Alessandro, el cuestionado Nilmar recibió en carrera por el flanco izquierdo y batió a Dreer, que nada pudo hacer para detenerle.
Los brasileños abrían así el marcador y el exatacante del Lyon francés y del Villarreal español se reencontraba con el gol tras nueve partidos oficiales de sequía.

Nilmar corrió a celebrar con la hinchada su primer tanto de la temporada, mientras Aguirre, que había renovado su confianza en él esta semana, aprobaba desde el banquillo el determinado comienzo de su equipo.
Era el primer tanto que encajaba el Emelec en esta edición de la Copa Libertadores y pronto le recordó a los brasileños por qué han dominado con mano de hierro el Grupo 4.

Con un Inter más relajado tras el tanto, la defensa colorada permitió que el peligroso Bolaños, que lleva dos tantos en esta Libertadores, articulara un pase adelantado para Burbano. El volante ecuatoriano dribló entonces a Alisson y marcó ante el arco vacío del Internacional.
Era el minuto 22 y a los campeones del continente en 2006 y 2010 les tocó despertar de la peor manera posible de un partido que creían dominado.

Lo peor estaba por llegar cuando, a dos minutos del descanso, su 'cerebro' y capitán, Andrés D'Alessandro, forzó demasiado su pierna derecha y cayó llorando al césped del Beira Rio.
Aún reponiéndose de la marcha del argentino, el Inter encajó el segundo antes de enfilar los vestuarios. Bolaños volvió a disfrazarse de asistente y articuló una ágil pared con Mena, que se las apañó para reaparecer desmarcado en el área colorada y anotar el segundo.

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