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Fue un grito de independencia

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Foto: AFP.

ESPAÑA

Más allá de lo deportivo, la victoria del Girona ante Real Madrid generó la reacción de los catalanes.

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Las esteladas flameaban de un lado para el otro y se confundían con los colores rojo y blanco de las banderas y camisetas del Girona. Es que el triunfo ante Real Madrid no solo fue épico por la trascendencia que tiene en lo deportivo sino que también se dio en un momento donde los sentimientos independentistas están a flor de piel.

Girona es una de las cuatro ciudades que conforman la comunidad de Cataluña, junto a Barcelona, Lérida y Tarragona y tiene una población cercana a los 760 mil habitantes. El equipo de la ciudad ascendió por primera vez este año a la máxima categoría del fútbol español y en la décima fecha dio un nuevo batacazo tras vencer al elenco de Zinedine Zidane.

Cabe recordar que su paso por La Liga había comenzado con un resultado sorprendente ante el otro grande de Madrid (Atlético), al que le había empatado 2 a 2 en la primera fecha, pero la victoria de ayer tuvo un gusto especial.

El duelo tenía tantos condimentos por la situación política y social que atraviesa Cataluña, tras la independencia unilateral de España, que el encuentro estuvo cerca de suspenderse por posibles disturbios que se llevaran al enfrentar a un equipo perteneciente a la capital española, teniendo como antecedente lo que aconteció en las pasadas elecciones.

Los gritos de independencia no se hicieron desear en el estadio Montilivi y antes, durante y tras el encuentro resonaron con más y más fuerza desde las tribunas del estadio que alberga a 13 mil espectadores.

Como era de esperarse muchos sintieron que este triunfo fue mucho más que deportivo y de ello se encargaron tanto la Asamblea Nacional Catalana y el Presidente cesado de Cataluña, Carles Puigdemont. “Hay veces que los resultados deportivos reflejan la realidad política”, expresó la Asamblea en su cuenta oficial de Twitter, mientras que Puigdemont, de la misma manera, expresó en su cuenta oficial: “Enhorabuena y seguimos”, en principio sin ningún tinte político, aunque más tarde agregó: “La victoria es un ejemplo para muchas situaciones”, frase que acompañó con un emoticón de una cara guiñando un ojo, un tanto irónico.

De todas maneras, el partido estuvo lejos de complicarse y fue una fiesta tanto fuera como dentro del campo.

Cuatro patrullas de Mossos, como suele ser habitual, acompañaron al omnibus del Real Madrid que trasladaba al equipo hasta el estadio, en el que de nuevo hubo aplausos y vítores.

En el césped, el encuentro fue vibrante y la manera en la que Girona se quedó con el triunfo, tras empezar abajo con el gol de Isco, hizo que por un momento el fútbol deje un poco de lado lo político.

Los goles de Stuani y de Portu dieron un triunfo por partida doble. Fue una victoria en lo deportivo que lo alejó de la zona de descenso, lo depositó cerca de la mitad de la tabla con doce puntos en diez partidos, pero también se tomó con una victoria de Cataluña ante España.

Pese a que el clima fue de tranquilidad no estuvo exento del sentimiento independentista que recorre a la gran mayoría de los catalanes. El fútbol una vez más se mezcló con la política y pese a que siempre se intenta que vayan por camino paralelos las banderas y los cánticos no faltaron.

Los hinchas del Girona lo celebraron y no cabe duda que los de Barcelona también, por la derrota de su rival y porque se celebró como un grito de independencia.

Amplia diferencia en el presupuesto

Está claro que las cifras que se manejan en Europa, y sobre todo en España, son demasiado grandes. Es sorprendente que un club como Girona, que recién ascendió a la Primera División, maneje un presupuesto de 40 millones de dólares, aunque más sorprendente es que le haya ganado a un Real Madrid que maneja cifras de 600 millones de dólares solamente en presupuesto. Como se dice muchas veces: “Esto es fútbol”. Dentro de la cancha son once contra once y el dinero no juega. Es cierto que con la plata se pueden armar excelentes planteles, pero a veces de poco sirve, como le sucedió al Real Madrid que fue sorprendido por el Girona que le dio vuelta el partido y lo terminó venciendo en Montivili, dejándolo tercero a ocho puntos de la cima que posee su máximo rival: Barcelona que sigue invicto y solo igualó un juego de diez.

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