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Al fútbol no se juega con los pies

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Los mismos que piensan que el fútbol se juega con los pies, piensan que el ajedrez se juega con las manos.

Los mismos que piensan que el fútbol se juega con los pies, piensan que el ajedrez se juega con las manos.

Son los que no ven más allá de sus ojos, los que creen que no hay que poner cabeza, ni alma, ni corazón, que son juegos simples, sencillos, y que poco y nada tiene que ver la inteligencia o la estrategia.

La ida de Nández a Boca, dejó a Peñarol vacío. Sin alma, sin corazón, sin esa cuota de inteligencia y pasión que es tan necesaria para triunfar y hacer la diferencia. No se pudo retener.

Y Nacional, tan criticado en estos días por no haber incorporado jugadores, tuvo la visión de retener en su plantel a los pilares de las últimas conquistas: Conde, Polenta, Arismendi y Rodrigo Aguirre, siguen. No es poca cosa, para aquellos que tienen vista corta, quizás lo sea.

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